Insulto a puertorriqueños podría impulsar voto latino en EE. UU.

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Foto: Agencia EFE

Miami (EE.UU.) (EFE) – Un insulto hacia los puertorriqueños, lanzado por el comediante Tony Hinchcliffe en un evento de campaña de Donald Trump en Nueva York, podría motivar a miles de puertorriqueños a acudir a las urnas en las próximas elecciones.

El comediante se refirió a Puerto Rico como una “isla flotante de basura”, un comentario que ha generado indignación y reacciones entre líderes políticos y analistas, quienes ven en este incidente una posible herramienta para reducir el tradicional abstencionismo electoral de esta comunidad, impulsando un voto de castigo hacia Trump y los republicanos en estados clave.

Para Eduardo Gamarra, politólogo de la Universidad Internacional de Florida (FIU), el orgullo y el enojo pueden ser motivaciones fuertes para que los puertorriqueños, quienes tradicionalmente presentan tasas de abstención elevadas, se movilicen y acudan a votar en noviembre. “El puertorriqueño es muy orgulloso, y el enojo puede llevarlo a votar”, expresó Gamarra a EFE. Señaló que, aunque los hispanos en Estados Unidos tienen una tasa de abstención electoral cercana al 54 %, entre los puertorriqueños esta tasa es incluso más alta, un aspecto que podría cambiar ante las recientes ofensas.

Una Movilización Clave para los Demócratas

La ofensa podría tener repercusiones directas en el panorama electoral, especialmente en estados “péndulo” como Pensilvania y Florida, donde las elecciones suelen definirse por márgenes estrechos. En Pensilvania, un estado decisivo con una gran población puertorriqueña, este voto adicional podría inclinar la balanza a favor de los demócratas en la contienda presidencial y también en escaños clave para el Congreso.

En Florida, un estado que actualmente está en disputa por el escaño del senador republicano Rick Scott, la comunidad puertorriqueña podría también desempeñar un rol fundamental en el intento de la demócrata Debbie Mucarsel-Powell, de origen ecuatoriano, de arrebatarle el puesto. Este estado alberga a la mayor comunidad puertorriqueña fuera de la isla, con más de 1,3 millones de personas, de las cuales alrededor de 800.000 están habilitadas para votar.

Orgullo y Retórica Ofensiva: Factores Determinantes

Para Gamarra, las palabras despectivas hacia los puertorriqueños en un acto de campaña, así como la retórica antiinmigrante y en ocasiones racista que caracteriza las campañas de Trump, podrían ser los incentivos necesarios para aumentar la participación en esta y otras comunidades hispanas. “Si los puertorriqueños y los hispanos en general van a las urnas -impulsados por retórica ofensiva, antiinmigrante y racista- le puede ir bien a los demócratas”, añadió.

El experto destacó que, aunque la abstención entre los hispanos en EE.UU. ha sido históricamente alta, esta ha ido disminuyendo. Entre las décadas de 1970 y 1990, la participación electoral de los latinos era del 30 % al 40 %, mientras que en 2020 alcanzó un récord del 54 %. Esto representa un avance significativo, aunque insuficiente en comparación con otros grupos.

Una Oportunidad para los Demócratas en Noviembre

La ofensa también podría movilizar a otros hispanos más allá de los puertorriqueños. Para el próximo ciclo electoral, cerca de 36 millones de latinos estarán habilitados para votar en Estados Unidos. Analistas creen que, además de la esperanza y el voto de castigo, el orgullo herido puede ser un motivo suficiente para movilizar a una parte significativa de esta población.

Con una base de votantes tan significativa, los latinos en Estados Unidos representan una fuerza que podría inclinar la balanza en contiendas clave a nivel nacional. “Nos encontramos en un momento en el que la movilización de los latinos puede hacer la diferencia en estados clave y en la composición del Congreso. Los puertorriqueños y otros latinos en Estados Unidos ven este tipo de retórica como un llamado para defender su dignidad y sus derechos en las urnas”, concluyó Gamarra.

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Este evento y sus efectos potenciales en las elecciones estadounidenses subrayan cómo la retórica utilizada en campaña puede tener un impacto profundo en la política. Así, las palabras de un comediante en un mitin de Trump pueden terminar desempeñando un papel decisivo en la movilización de una comunidad que, históricamente, ha sido marginada y subrepresentada en el ámbito electoral.