Carlos Caicedo
A diez años del fallecimiento de uno de los fotógrafos más importantes del siglo XX en Colombia, Carlos Caicedo, se publica un libro que recoge su mirada sobre varios temas que lo apasionaron y que condensan una visión única del país.
Se trata de Carlos Caicedo: la imagen como arte, un libro de gran formato que, en 216 páginas, muestra su perspectiva única, siempre en el instante preciso, ni un segundo más ni un segundo menos, listo para congelar en una imagen lo que jamás hubiéramos visto.
Su trabajo es inmenso y abarca situaciones cotidianas, momentos bajo la lluvia, personajes de la vida nacional —escritores, pintores, políticos—, escenas de violencia e imágenes a contraluz que siempre lo inquietaron.
Comenzó su carrera profesional a finales de los años 40 y pasó por varios de los más importantes medios de comunicación del país, por lo que este libro es una parte fundamental del legado de un reportero gráfico y una maravillosa forma de acercarse a la historia del país en la segunda mitad del siglo XX.
Maestro del ‘instante decisivo’, hizo parte del grupo de reporteros de Foto Sady que capturaron el 9 de abril de 1948, ‘El Bogotazo’. Pese a la importancia y valor de las imágenes, las fotografías fueron atribuidas en su totalidad a Sady González.
El viaje por el legado de Carlos Caicedo que propone este libro arranca con su trabajo como reportero gráfico de deportes, en eventos como la Vuelta a Colombia, desde la primera edición en 1951. Sin embargo, no se enfocaba en lo obvio —el podio, los ganadores, las medallas—, sino en retratar al país a través del deporte que más lo representa en su esencia: el ciclismo.
El dolor, las grandes dificultades de una competencia a través de vías de trocha, las caídas, la sangre y el coraje de aquellos deportistas que, sin importar cuántas veces cayeran, volvían a la bicicleta para seguir avanzando hacia la meta.
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Lo mismo ocurrió con otros deportes. Sus imágenes de fútbol parecían coreografías; las estiradas de un tenista o un arquero tenían una plasticidad única; los ángulos inesperados mostraban al esquiador capturado desde el nivel del agua. Su paciencia para hacer clic en el momento exacto lo convirtió en un reportero único.
Valga la aclaración para las nuevas generaciones: su trabajo debía hacerlo con cámaras de rollo de 24 o 36 tomas, sin la posibilidad de ver de inmediato el resultado. Solo tras entrar al laboratorio y realizar el proceso de revelado descubría si había logrado la toma ideal.
Peligrosos circuitos automovilísticos por las calles de Bogotá en 1969 con Ford Mustang volando por los aires, atletas recibiendo agua directamente de mangueras, su cubrimiento de los Juegos Panamericanos de Cali de 1971 y la famosa gresca que se presentó en el estadio Nemesio Camacho El Campín en la final de 1976 entre Millonarios y Atlético Junior son solo algunas de sus imágenes más icónicas.
El libro le dedica un capítulo a los largos recorridos que Carlos Caicedo, junto a su inseparable cámara, realizó por las distintas regiones rurales del país, que en esas décadas concentraban la mayor parte de la población colombiana. Escenas como un jinete en las calles históricas de Mompox, la vida en torno al Embalse La Esmeralda, así como el campesinado de Ramiriquí, quedaron inmortalizadas en su obra.
Registró algunos de los hechos más importantes de la historia reciente del país, como el famoso incendio del edificio Avianca en el centro de Bogotá en 1973, un aterrizaje forzoso en el Aeropuerto El Dorado en 1962 y la toma guerrillera de la Embajada de la República Dominicana en Bogotá en 1980.
Caicedo también documentó cómo Bogotá se conmocionó con la visita del Papa Pablo VI en 1968, además de la devastadora destrucción de Popayán en el terremoto de 1983.
Asimismo, fotografió a personajes únicos como Gabriel García Márquez, así como las visitas al país de figuras como Salvador Allende, el presidente de Francia Charles de Gaulle en 1964, Mario Moreno ‘Cantinflas’, el maestro Alejandro Obregón e incluso el campeón mundial Mohamed Alí, quien visitó Bogotá en 1977.
Un legado y una historia que consolidan a Carlos Caicedo como uno de los más importantes maestros de la fotografía en Colombia.
(Colprensa)