Una devastadora inundación arrasó con siete de las ocho sedes de la Institución Educativa Horizonte, ubicada en las zonas rurales de Curillo, Caquetá. El agua no solo destruyó aulas, libros y computadores, sino que también sepultó los sueños de 110 niños que veían su escuela como un segundo hogar.
Antes del desastre, los estudiantes corrían alegres por el patio de tierra, vestían sus uniformes con orgullo y cantaban el himno con el corazón lleno de esperanza. Hoy, esas imágenes son solo recuerdos. La creciente cubrió completamente las instalaciones. Las aguas alcanzaron hasta la planta de energía recientemente instalada, dejándola inutilizada. El lodo cubrió escritorios, libros, cuadernos y equipos tecnológicos esenciales para las clases.
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Las lluvias no dieron tregua: tres inundaciones consecutivas golpearon la escuela en menos de una semana. La última anegó por completo las instalaciones, borrando cualquier posibilidad de continuar con la enseñanza presencial. «¿Cómo explicarles a los niños que no hay clases porque no hay aulas? ¿Cómo decirles que sus cuadernos desaparecieron porque el agua los destruyó?», se preguntan los docentes y padres de familia.
#Denuncia 🆘 inundación dejó sin escuela a más de 100 niños en Curillo, @GobCaqueta, el agua los dejo sin libros, cuadernos, pupitres y computadores.
Nadie debería estudiar con los pies en el agua… ni perder sus sueños bajo la lluvia. Vea nuestro reportaje aquí 👇@Mineducacion… pic.twitter.com/fBwiF5NrDv
— Nación Colombia (@NacionColombiaX) July 26, 2025
La emergencia dejó a toda una comunidad paralizada. Los niños ahora esperan entre el barro y los escombros, aferrados a la esperanza de que alguien escuche su historia y extienda una mano solidaria.
La situación en Curillo exige atención urgente. Nadie debería estudiar con los pies en el barro ni ver sus sueños desvanecerse bajo la lluvia.