Opinión
La tesis doctoral de Felipe Córdoba, “La buena administración en el control fiscal efectivo, estratégico y gerencial de los recursos públicos”, ha sido objeto de escrutinio en los últimos años debido a señalamientos infundados de plagio. Sin embargo, este trabajo no solo ha superado con éxito las revisiones más rigurosas en España y Colombia, sino que también se ha consolidado como un aporte significativo al conocimiento jurídico y administrativo.
La Universidad de Jaén certificó la originalidad de la investigación mediante un informe firmado por Gerardo Ruiz Rico, catedrático en Derecho Constitucional y tutor de la tesis. Este documento asegura que el trabajo fue sometido al software Turnitin, resultando en un porcentaje de coincidencias reducido que descarta cualquier indicio de plagio.
Además, esta institución validó que la tesis comprobó las hipótesis planteadas en el plan de estudios del doctorado. Este nivel de rigor también fue reconocido por la Editorial Tirant Lo Blanch, cuyo Comité Científico concluyó que el libro cumplía con los estándares académicos más altos.
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Recientemente, la Universidad de Cartagena coincidió con el concepto de la Universidad de Jaén y certificó que la tesis doctoral no tiene plagio.
Edimer Latorre Iglesias, sociólogo autor de más de quince libros y experto en el uso del software Turnitin, también ha señalado la importancia de interpretar correctamente las coincidencias identificadas por esta herramienta.
Según Latorre, el mal uso de Turnitin en Colombia ha llevado a acusaciones infundadas de plagio contra figuras públicas, alimentadas por un desconocimiento del funcionamiento de este software.
La tesis de Felipe Córdoba, por el contrario, fue revisada punto por punto siguiendo el protocolo, resultando en un índice de coincidencia del 8%, lejos de ser indicativo de plagio.
Pero hay un peritaje del doctor Pablo Elías González Monguí que reafirma estos hallazgos. González Monguí, reconocido jurista y exfiscal general encargado, concluyó que la tesis de Córdoba no solo cumplió con los requisitos académicos, sino que también demuestra un manejo ético y prolijo de las fuentes citadas.
Su análisis desmiente categóricamente las acusaciones y expone cómo el mal uso del software Turnitin puede manipularse para dañar reputaciones.
Además, el informe originalidad firmado por el catedrático Gerardo Ruiz Rico en mayo de 2021 destaca que el porcentaje de coincidencias reducido acreditó la inexistencia de plagio y la originalidad de la investigación.
Este aval fue complementado por la validación de las actividades de investigación realizadas por Córdoba en el marco de su doctorado, donde se comprobó que la tesis elaborada demostró las hipótesis planteadas y contribuyó al desarrollo de un nuevo modelo de control fiscal adoptado como reforma constitucional.
El propio Comité Científico de la Editorial Tirant Lo Blanch realizó una revisión independiente antes de publicar la tesis en forma de libro. Este comité, conformado por destacados catedráticos españoles, certificó que la obra cumplía con los estándares académicos exigidos y representaba un aporte significativo al conocimiento. Por este motivo, la tesis recibió la máxima calificación de summa cum laude y fue convalidada por el Ministerio de Educación de Colombia en noviembre de 2021.
Sin embargo, casos como este también exponen un problema estructural en el uso de herramientas tecnológicas en el ámbito académico.
Edimer Latorre, con su experiencia de ocho años en el trabajo con Turnitin, enfatiza que esta herramienta no detecta plagio directamente, sino que genera alertas de coincidencias que deben interpretarse correctamente.
Latorre ha denunciado cómo algunos grupos en Colombia han utilizado Turnitin de manera alterada para crear escándalos de plagio, sin entender cómo funciona realmente el software. Estas prácticas desvirtúan la función original de Turnitin y ponen en riesgo la integridad académica.
Este caso plantea la necesidad de educar a estudiantes, docentes y periodistas sobre el uso adecuado de herramientas como Turnitin. El rigor académico y la responsabilidad en su aplicación son fundamentales para proteger la verdad y evitar manipulaciones.
Felipe Córdoba no solo superó el escrutinio, sino que su caso se convierte en un ejemplo de cómo la verdad académica puede prevalecer cuando se respetan los principios y protocolos que garantizan la calidad y originalidad del conocimiento.
