Santiago Uribe Vélez, hermano menor del expresidente Álvaro Uribe, fue absuelto este miércoles 13 de noviembre de los cargos de homicidio agravado y concierto para delinquir, en un fallo de primera instancia relacionado con su presunta participación en el grupo paramilitar «Los 12 Apóstoles».
Un fallo que sacude a Antioquia
En una esperada sentencia, el Juzgado Primero Penal del Circuito Especializado de Antioquia resolvió a favor de Santiago Uribe Vélez, quien fue investigado por su presunta vinculación con el grupo paramilitar conocido como «Los 12 Apóstoles».
El fallo, emitido tras cuatro años de juicio, declaró al hermano del exmandatario inocente de los cargos que lo señalaban como responsable de homicidio agravado y concierto para delinquir agravado.
La decisión se dio a conocer luego de que la Fiscalía General de la Nación y la Procuraduría General de la Nación hubieran solicitado su condena.
El grupo paramilitar «Los 12 Apóstoles», que operó durante la década de los noventa en varios municipios de Antioquia, como Yarumal, fue responsable de numerosas masacres y asesinatos en la región.
La Fiscalía había vinculado a Uribe Vélez con la formación y las actividades del grupo, que fue señalado de cometer 525 homicidios en localidades del norte de Antioquia entre 1992 y 1996, según informes presentados ante la Jurisdicción Especial para la Paz (JEP).
El proceso judicial
El caso fue ampliamente discutido en el ámbito judicial y político, con testimonios clave que involucraron a figuras como Salvatore Mancuso, excomandante de las AUC, y un extrabajador de la finca de los Uribe, Eunisio Pineda Luján.
Estos testimonios jugaron un papel importante en la construcción del caso contra Santiago Uribe, aunque la defensa logró demostrar la falta de pruebas suficientes para vincularlo directamente con los crímenes atribuidos al grupo paramilitar.
El Juzgado Primero Penal, tras evaluar las pruebas presentadas y escuchar los testimonios, decidió que no existía suficiente evidencia para acusar a Santiago Uribe de los delitos por los que se le señalaba. En consecuencia, se le otorgó la absolución.
Reacciones y futuro del caso
La decisión, que ha generado gran controversia, fue recibida con reacciones mixtas. Mientras que la defensa de Santiago Uribe celebró la absolución, la representación de víctimas anunció que apelará el fallo, continuando con su lucha legal para esclarecer los hechos y buscar justicia para las víctimas de «Los 12 Apóstoles».
El grupo paramilitar fue responsable de varias masacres en el norte de Antioquia, donde sus acciones dejaron un saldo de cientos de muertos.
El caso sigue siendo un tema delicado en la política y la justicia colombiana, especialmente en relación con las posibles conexiones de figuras políticas con grupos armados ilegales.
Un caso que sigue generando debate
Aunque Santiago Uribe Vélez ha sido absuelto por el Juzgado Primero Penal de Antioquia, el caso de «Los 12 Apóstoles» sigue siendo uno de los más complejos y debatidos de la historia reciente de Colombia.
Las víctimas, la sociedad y el sistema judicial continúan buscando respuestas, mientras que el futuro del proceso está ahora en manos de las instancias superiores, que deberán decidir sobre la apelación interpuesta por la representación de las víctimas.
Este fallo, aunque en primera instancia, deja abierta la posibilidad de que el caso continúe siendo parte de la discusión pública y judicial en Colombia, especialmente a medida que surgen más detalles sobre las actividades de los grupos paramilitares y sus vínculos con figuras políticas de la época.
«Gracias a Dios»: expresidente Uribe
El expresidente Álvaro Uribe celebró la absolución de su hermano, Santiago Uribe Vélez, quien fue declarado inocente por un juez de Antioquia en el caso de «Los 12 Apóstoles».
La investigación, que duró más de cuatro años, acusaba a Santiago de homicidio y concierto para delinquir agravado, relacionados con su presunta vinculación con el grupo paramilitar responsable de más de 300 muertes.
Tras conocer la sentencia absolutoria, Uribe expresó en sus redes sociales: «Gracias a Dios», reafirmando su confianza en la inocencia de su hermano, a quien el proceso legal había atormentado durante años.