Robo de ganado en Colombia
«El abigeato es un delito tipificado en el Código Penal Colombiano (Artículo 239) como el hurto de ganado, con penas de 4 a 12 años de prisión”
Entre 2020 y marzo de 2025, la Policía Nacional de Colombia reportó 10,178 casos de abigeato, mostrando fluctuaciones anuales. El pico más alto ocurrió en 2022 (2,551 casos), seguido de una reducción progresiva hasta 2025 (90 casos, parciales a mazo). Sin embargo, esta disminución podría reflejar subregistro o cambios metodológicos, más que una mejora real.
A nivel territorial, Cundinamarca lidera con 1,129 casos (11.1%), seguida por Cesar (9.7%) y Meta (9.1%), evidenciando que el robo de ganado se concentra en regiones con alta actividad agropecuaria. Antioquia y Boyacá, pese a su importancia ganadera, registran cifras menores (6.4% y 6.3%, respectivamente), lo que sugiere posibles diferencias en la eficacia policial o en la denuncia.
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Los meses con mayor incidencia son enero (1,152 casos) y febrero (1,015), coincidiendo con temporadas de sequía y mayor movilización de ganado. Los días jueves y miércoles registran más casos (1,609 y 1,600), mientras que los domingos tienen la menor frecuencia (1,228). Este patrón podría relacionarse con la logística delictiva, como el transporte furtivo en días laborales. Además, el 81% de los casos ocurrieron en zonas rurales, especialmente en fincas (72%), vías públicas (17.6%) y potreros (4.4%), confirmando que la vulnerabilidad persiste en áreas con poca presencia estatal.
Llama la atención que el 79% de los implicados son hombres, y en el 77.8% de los casos no se usaron armas. Sin embargo, 18% involucraron armas blancas y 2.8% armas de fuego, indicando un nivel de violencia asociado.
El abigeato no es un problema de «campesinos descuidados», sino un síntoma de un país que ha dejado morir el campo. El 81% de los robos ocurren en zonas rurales, donde la presencia estatal es casi nula, y los ganaderos terminan siendo víctimas de un círculo perverso: denuncian y no pasa nada. Si a esto le sumamos que enero y febrero son los meses más críticos (justo cuando el ganado está más vulnerable), queda claro que no hay estrategias preventivas, solo reacción tardía.
Analiza Jeisson Fonseca