En el ámbito internacional, el futuro de la relación comercial entre Colombia y Estados Unidos se encuentra en un punto crítico. La posibilidad de que EE.UU. imponga sanciones a Colombia y aumente los aranceles a productos colombianos podría tener implicaciones profundas no solo para la economía colombiana, sino también para las dinámicas comerciales entre ambos países.
El comercio entre Bogotá y Estados Unidos es vital para la capital colombiana, representando el 38 % de las exportaciones de la ciudad. Entre los productos más relevantes se encuentran las flores, el café y los bienes industriales, los cuales podrían perder competitividad ante un aumento de los aranceles. Las flores colombianas, que representan un tercio de las exportaciones de Bogotá, serían particularmente vulnerables, ya que Estados Unidos importa un 78 % de las flores que consume en vísperas de San Valentín. Cualquier incremento en los aranceles podría hacer que las flores colombianas pierdan terreno frente a competidores de otros países productores.
El impacto de las posibles sanciones no se limitaría a las exportaciones, sino que también pondría en riesgo más de 300,000 empleos en sectores clave de la economía bogotana. Además, la Inversión Extranjera Directa (IED), que ha sido crucial para el desarrollo de sectores como tecnología y comunicaciones, podría disminuir considerablemente. Estados Unidos representa el 28,6 % de la IED en Bogotá, y la incertidumbre sobre las condiciones comerciales podría reducir este flujo de inversiones, afectando el crecimiento económico de la ciudad.
A nivel macroeconómico, una contracción en las exportaciones y una disminución en la entrada de divisas podrían generar presiones adicionales sobre la tasa de cambio, encareciendo las importaciones y afectando la competitividad de los productos colombianos. De igual forma, las importaciones de productos clave como maíz, soya y gasolina desde Estados Unidos podrían encarecerse, afectando la vida diaria de los colombianos.
Este posible cambio en las políticas comerciales entre Estados Unidos y Colombia mantiene a las autoridades económicas de Bogotá en alerta, pues un giro adverso podría transformar de manera radical el panorama económico de la ciudad y de todo el país.