lunes, mayo 5, 2025
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Petro y su estrategia de ‘mini reelección’: el llamado a las calles

Mini reelección de Petro; Los movimientos sociales citados por el presidente para el jueves 1 de mayo en la Plaza de Bolívar tenían un objetivo político presidencial más allá del simple apoyo para la radicación de las 12 preguntas de la consulta popular y es calentar las elecciones del 2026. Así está jugando el presidente Gustavo Petro en sus intenciones de «mini reelección«.

Para nadie es un secreto que el próximo año será una fuerte disputa política de las bancadas políticas del país en busca de llegar a ganar las presidenciales del 2026. Sin embargo, muchos actores ya se están adelantando a las fechas y están utilizando el “termómetro político” para conocer el gusto ciudadano y cómo evoluciona.

Uno de estos es el presidente Gustavo Petro, que, utilizando la consulta popular como herramienta para salvar la reforma laboral, también la utiliza para empezar a abonar terreno frente al sucesor que llegará a la Casa de Nariño, sumado a sus discursos de necesitar otro gobierno para cumplir el proceso de paz y demás políticas aún pendientes.

El llamado de los movimientos sociales para llenar la Plaza de Bolívar se suma a las renuncias que empiezan a sonar desde su círculo cercano como el director del DPS, Gustavo Bolívar; el embajador de Colombia en Reino Unido, Roy Barreras; la no posesión de Susana Muhamad, entre otros, empiezan a sumar en esta disputa de mantener al petrismo en la Casa de Nariño.

Para Esteban Salazar, analista político, Petro aviva este choque de trenes con el Congreso, para empezar a conocer la cifra real de seguidores que puede llegar a tener y de paso, sumar más seguidores a su plataforma política de cara al 2026.

“El presidente ha subido su popularidad del 32 al 37%, lo que ha significado que le ha venido funcionando su estrategia de empezar a volver a usar las calles, de volver a convocar el pueblo, la ciudadanía, a los campesinos, los indígenas, etcétera. Y eso es algo que no se está teniendo en cuenta dentro del tablero electoral y es que el presidente aún mantiene un teflón muy sólido que no le va a lograr permitir seguramente ganar unas elecciones el próximo año, pero que va a ser un factor determinante en una segunda vuelta”, señala.

A un año de finalizar su mandato, el presidente utiliza las convocatorias de la gente a las calles y empezar a jugar con el sentimiento popular para ganar adeptos a su plataforma política, así esta convocatoria «no necesariamente implique una discusión en materia técnica de propuestas que vayan a generar algún tipo de transformación en lo que queda este Gobierno, que como sabemos tiene un rezago muy grande en materia de ejecución de políticas públicas y el Plan Nacional de desarrollo”, agrega el analista.

Aquí es donde entra la llamada “mini reelección” de Petro, que al no poder aspirar a una reelección de sí mismo, que no le permite la Constitución, sí ha dejado claro que su interés ahora es que continúe el progresismo bajo otra persona que durante los próximos cuatro años ocupe la Casa de Nariño.

Para el analista, Petro inició un juego que no es usual en la política colombiana, que es convertirse en un actor político abiertamente, -pero no de ordenamiento de la política pública o de la jefatura de estado– sino de empezar a hacer uso de su posición como ventaja y privilegio para poder incidir dentro de las elecciones del próximo año.

“Convocar a las calles es un mecanismo de una búsqueda de reelección en cuerpo ajeno, de un proyecto político progresista y seguramente utilizará todos los mecanismos que por lo menos permita la ley para que se sigan viendo este tipo de escenarios de manifestaciones y de convocatorias”, explica Salazar.

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A esta estrategia hay que sumarle unas aristas: de momento, no se ha definido quien recoja las banderas del petrismo. Aunque las encuestas dan como posibles favoritos a Gustavo Bolívar, también están en carrera la exministra de Ambiente, Susana Muhamad, y los exembajadores Camilo Romero y Roy Barreras. La idea de Petro es empezarán a calentar los sonajeros electorales en las calles.

En este punto, el analista señala que Petro empieza a jugar otro juego interno para él, que consiste en «ponerle un cuchillo en la boca a las personas que pueden ser candidatos para ver quién demuestra que tiene más fuerza para lo que él quiere hacer. Es decir, el que sea el más avezado, el que sea el más arriesgado, el que sea más polémico ganará”.

UN SEGUNDO JUEGO LLAMADO ALIANZAS

Aunque se vio llena la Plaza de Bolívar este jueves 1 de mayo en favor del presidente, analistas señalan que este número aún no es suficiente para el presidente en su interés por lograr la victoria en las elecciones del 2026.

“El 37% no es pequeño y existe mucho apoyo fuera de las grandes ciudades, pero hay mayorías que no está consolidadas aún. Hay trozos muy importantes de la sociedad colombiana que están en contra como Medellín, Cali, Barranquilla, Bogotá”, advierte Enrique Serrano López, politólogo y profesor de la Universidad del Rosario.

Agrega en su señalamiento que los cuestionamientos en las políticas de estado del actual gobierno y la marcada distancia de Petro “con el modelo de las izquierdas europeas que es pragmático, apuesta por el desarrollo económico, la infraestructura y la disciplina fiscal”, advierten al petrismo un fracaso si continua solo de cara a las elecciones.

Ante este panorama, el analista Esteban Salazar sostiene que Petro también pondrá en marcha las estrategias de alianzas, las cuales enfatiza que son necesarias para poder tener un futuro político en el 2026 para la izquierda y se iniciarán tras bambalinas en estos llamados a las calles.

En términos numéricos, explica que el 37% de favorabilidad de Petro es un valor cercano a los 3 millones y medio, razón por la cual tendrá que buscar poco más de 2 millones de votos más que están por el centro izquierda con exfuncionarios de su gobierno como Mauricio Lizcano, Juan Fernando Cristo o Luis Gilberto Murillo, que son necesarios para ganar las elecciones o al menos, aspirar a una segunda vuelta.

«En la línea por la ideológico se la jugará por quienes están renunciando y lo han acompañado como Gustavo Bolívar, Camilo Romero, María José Pizarro o Susana Muhamad; pero el presidente también tiene que jugar sobre la carretera de los partidos tradicionales y de la política tradicional que pone votos y que también es decisiva a la hora de ganar elecciones”, sostiene.

A esto se suma el nombramiento de Benedetti, que “no llega al gobierno porque vaya a implementar las reformas del cambio, sino porque sencillamente es un operador político que sabe jugar el juego del ajedrez para los votos y qué le puede servir en un escenario de una posible alianza”, agrega.

Ambos analistas coinciden en que el presidente Petro a un año de finalizar su mandato no tiene mucho por remediar de los fracasos en sus políticas y el no lograr cambiar el status quo, por lo que apostará a continuar en sus convocatorias a las calles, insistiendo en su golpe blando del Congreso y los grupos económicos del país “para evadir su responsabilidad” e insistir en la reelección de su proyecto político como una herramienta para continuar al frente como una reelección sin su nombre como oficial.

(Colprensa)

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