A sus 80 años de edad falleció el arquitecto, escultor y artista plástico colombiano Hugo Zapata, quien además de su genial expresión creativa, trabajó en pro del impulso de las distintas manifestaciones artísticas en el país.
Nació en La Tebaida (Quindío) en 1945, recientemente había cumplido ocho décadas de vida, buena parte de ellos dedicados a creación artística.
Estudió artes plásticas en la Universidad de Antioquia y se especializó en arquitectura en la Universidad Nacional en Medellín en 1972, tiempo en el cual arrancó su faceta como escultor, lo que rápidamente lo llevaría a realizar exposiciones en Alemania, Estados Unidos, Argentina y Francia.
Fueron varios los libros de gran formato que Villegas Editores ha publicado en torno a la obra de Hugo Zapata, como bello y fehaciente testimonio de la obra en piedra del escultor, quien obsesiva y lúdicamente se apropió de este material, argumentando que representa la eternidad de la materias cósmica y constituye un depositario del signos y símbolos que él como artista tenía la misión de descifrar y potenciar.
Es así, como recorrió buena parte del territorio colombiano para encontrar las piedras indicadas, trasladarlas hasta su taller y trabajar en ellas con total respeto por todos sus elementos.
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Su pasión por las rocas venía desde su infancia. En los paseos al río de fin de semana, siempre terminaba con una gran cantidad de rocas de distintos tamaños y colores para llevar a casa, sin tener la menor idea de que ese sería el material protagonista de la construcción de su gran obra artística.
Esa pasión por la geología lo conducirían a interesarse y experimentar con otros elementos, como fue el caso del agua y en menor medida el fuego, para lograr intervenciones realmente sorprendentes que han llegado a las exposiciones y galerías de distintas partes del mundo.
”A Zapata la piedra le interesa por lo que la piedra es en sí, por lo que espontáneamente le ofrece y le entrega de su propia esencia. Tal vez por eso en sus obras se perciben ecos de voces lejanas y remotas que hacen parte del encanto que ellas nos suscitan”, dicta en la introducción de uno de los libros de Villegas Editores dedicados a la obra de Hugo Zapata.
Desde muy joven, por temas laborales de su padre, se radicó en Medellín, ciudad que siempre sintió como suya y donde se crió en una familia de ocho hermanos, allí se formó, pero también aportó en gran medida al arte nacional desde la capital antioqueña,
Fue fundador de la Escuela de Artes de la sede de la Universidad Nacional en Medellín, donde siempre propuso el cambio y la transformación como piezas vitales en la construcción de los nuevos artistas.
En la actualidad, siete de sus grandes obras hacen parte del patrimonio en el campus de la Universidad de Antioquia, entre ellas, ‘Oriente’ y ‘Testigos’, que son obras que para los expertos en su arte evidencian todas las posibilidades plásticas y arquitectónicas del trabajo con piedra.
Según los datos de sus familiares, trabajó con más de 800 piedras a lo largo de su vida artística, la mayoría de ellas, que localizó en zonas cercanas al municipio de Pacho, Cundinamarca, aunque trabajó con piedras de distintas partes del país, y en su última etapa se interesó mucho más por las rocas que extasía explorando en el Pacífico colombiano.
Las causas de su muerte no han sido divulgadas y se espera que en las próximas horas se conozcan todos los detalles de sus honras fúnebres.
(Colprensa)
