Ozzy Osbourne, uno de los músicos más icónicos en la historia del heavy metal, falleció este martes a los 76 años, según lo confirmó su familia a varios medios internacionales. Este artista británico, conocido por ser la inconfundible voz de Black Sabbath, murió rodeado de sus seres queridos.
Su partida llega solo unas semanas después de haber ofrecido su último concierto en Villa Park, en Birmingham, la ciudad que lo vio nacer. El evento, titulado “Back to the Beginning”, reunió a los miembros originales de la banda y fue una emotiva despedida para los miles de fanáticos que lo acompañaron a lo largo de más de cinco décadas de carrera.
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Más allá de su música, Osbourne fue un personaje irreverente y carismático. Escandalizó a muchos con sus actos en escena, como morder la cabeza de un murciélago, y al mismo tiempo se ganó el corazón del público con su participación en el exitoso reality The Osbournes, que retrató su vida familiar con honestidad y humor.
A lo largo de su trayectoria, Ozzy vendió millones de discos, recibió múltiples reconocimientos y fue incluido en el Salón de la Fama del Rock and Roll tanto como solista como parte de Black Sabbath. En los últimos años, enfrentó serios problemas de salud, incluido un diagnóstico de párkinson, lo que lo alejó de los escenarios.
La música pierde hoy a uno de sus íconos más grandes, pero su legado seguirá vivo en cada riff potente, en cada concierto multitudinario y en la historia del rock que ayudó a escribir con fuerza, rebeldía y autenticidad.