Según un informe de Defensoría del Pueblo, emitido en enero de 2024, un total de 520.085 personas migrantes atravesaron la ruta irregular de la selva del Darién, entre Colombia y Panamá; en 2023 fueron 406.905 adultos y 113.180, niñas, niños y adolescentes, lo que resulta en un aumento del 110% en el comparativo anual.
De acuerdo con esta entidad, el Darién no es solo un paso fronterizo, en un territorio en el que el ejercicio migratorio trae consigo tráfico de migrantes y trata de personas, robo de pertenencias y dinero, extorsiones, violencia sexual, uso y utilización por parte de grupos armados ilegales, reclutamiento forzado de niñas, niños y adolescentes, homicidios, entre otros.
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Mariana Duque Díez, asociada en investigación del Centro de Pensamiento Humanitary outcomes (Reino Unido) y docente de cooperación internacional de la Universidad de Medellín, quien recientemente desarrolló una investigación y ponencia sobre este tema, reafirmó que hay una situación de crecimiento exponencial de personas que migran en tránsito en este lugar y expuso que las medidas ejecutadas por el Gobierno Nacional han sido insuficientes.
“Es el Gobierno Nacional el que tiene que tomar decisiones a través de Migración Colombia (…) se han visto unos esfuerzos de regularización de sistemas de tránsito seguro por lapsos de 10 días y eso no hay que desconocerlo, pero son medidas insuficientes porque cuando son territorios que no controla el Estado, cuando la seguridad de las personas depende de los grupos armados organizados, entonces se pueden ver estas dinámicas de vulneración de los derechos en las que, por supuesto, los niños, niñas y adolescentes son mucho más vulnerables”, dijo la docente.
Un dato que preocupa a la Defensoría es el gran número de menores que son expuestos a estas condiciones: “solo entre el primero y el 15 de enero atravesaron 2.647 niñas y niños esa selva voraz, lo que supone el enfrentarse a todo tipo de riesgos que ponen en peligro su integridad y vida”, aseguró Carlos Camargo Assis, Defensor del Pueblo de Colombia y presidente de la Federación Iberoamericana del Ombudsperson.
En su análisis, Mariana Duque aseguró que la migración es un fenómeno de nunca acabarse y que “a lo que sí se tiene que responder es a buscar una migración segura, regular, ordenada que no los ponga en riesgo, ni a ellos, ni a sus familias”.
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Agregó que la situación en esa zona fronteriza es cada vez más peligrosa y que todos los que pasan por esta selva están expuestos a “depender de grupos armados, a ser vulnerados desde la situación económica, coaccionados, a extorción, a trabajo forzado, a pasar drogas y a violencia sexual”.
