La Universidad Nacional de Colombia (UNAL) declaró desierta la licitación para la prestación del servicio de vigilancia y seguridad privada, en un proceso que ha generado serias sospechas de presunto direccionamiento en la adjudicación del contrato. En lugar de realizar un nuevo proceso licitatorio, la institución optó por fraccionar la contratación, permitiendo que distintas sedes contrataran de manera independiente al mismo proveedor, sin convocatorias públicas ni competencia real.
Un contrato millonario en juego
El contrato en cuestión tiene un valor de 98.000 millones de pesos. Sin embargo, en lugar de seguir con el proceso de selección objetiva, la administración de la UNAL, liderada por el rector Leopoldo Alberto Múnera Ruiz, optó por una estrategia que ha despertado serias dudas sobre la transparencia de la adjudicación.
La presunta jugada del rector
El rector Múnera Ruiz, en un movimiento que algunos consideran presuntamente calculado, declaró desierta la licitación justo cuando el Ministerio de Educación observaba el proceso. En lugar de convocar un nuevo proceso transparente y competitivo, permitió que cada sede de la UNAL contratara de manera independiente. A simple vista, esto podría parecer una medida de descentralización, pero en la práctica, el mismo contratista recibió la adjudicación de manera directa, sin licitación ni competencia.
Esta maniobra no solo levantó suspicacias dentro del Gobierno, sino que también puso al ministro de Educación en el centro del debate, luego de que este perdiera la sustentación de su tesis de doctorado, debilitando su credibilidad en la gestión del sector educativo.
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Con la licitación desierta, el rector presuntamente tenía un as bajo la manga: en lugar de realizar un nuevo proceso transparente y competitivo, optó por fraccionar el contrato, permitiendo que cada sede de la UNAL realizara contrataciones individuales. A simple vista, esto podría parecer un intento de descentralización, pero en la práctica, el mismo contratista terminó recibiendo los contratos por asignación directa, sin licitación ni competencia real.
Esto pasaba mientras la propia Universidad filtraba a los medios de comunicación un durísimo escrito en el que decía que el ministro Daniel Rojas “no cumplía con los requisitos de calidad” en su tesis de maestría, poniendo los reflectores sobre el estudiante que es y así evitar las cámaras en la jugosa contratación.
Leopoldo Múnera y su polémica llegada a la rectoría de la Universidad Nacional
Leopoldo Múnera llegó a la rectoría de la Universidad Nacional de Colombia en un proceso marcado por la controversia y decisiones judiciales. Su elección fue resultado de una nueva sesión del Consejo Superior Universitario (CSU), en la que se anuló la sesión previa del 21 de marzo y se retomó la designación del rector. En esta votación, Múnera obtuvo el respaldo de cinco consejeros, incluidos representantes del Gobierno y la representante estudiantil, mientras que otros tres miembros del CSU se abstuvieron de votar, argumentando que la decisión desconocía una orden judicial que favorecía a José Ismael Peña.
El nombramiento de Múnera se dio en un contexto de disputas legales, ya que una tutela previa había protegido el derecho al debido proceso de Peña, quien había sido inicialmente designado como rector. Sin embargo, el CSU emitió la resolución 067 de 2024, que anuló su nombramiento y permitió retomar la elección.
Fraccionamiento para adjudicar a dedo
El Código Penal colombiano establece que el fraccionamiento indebido de contratos para evitar procesos de selección objetiva puede derivar en responsabilidades fiscales, disciplinarias y penales. En este caso, la UNAL presuntamente fraccionó el contrato de 98.000 millones de pesos en varias contrataciones menores, permitiendo su adjudicación sin licitación.
Ejemplos de la presunta fragmentación del contrato:
Estos son solo algunos ejemplos de cómo se habrían fragmentado, presuntamente, los contratos en las sedes de la Universidad Nacional de Colombia:
- Palmira: 680.764.328 COP por 184 días a la Unión Temporal SVAS.
- La Paz: 805.981.674 COP por 152 días a la Unión Temporal SVAS.
- Manizales: 825.000.000 COP a la Unión Temporal SVAS.
- Amazonía: 173.162.509 COP a la Unión Temporal SVAS.
Curiosamente, la misma empresa, Unión Temporal SVAS resultó beneficiada en las distintas sedes, lo que genera dudas sobre si el fraccionamiento fue una estrategia para evitar la selección objetiva y asignar el contrato de manera directa.
Alertas y advertencias ignoradas
La Unidad Investigativa accedió a documentos que sugieren que la licitación inicial cumplía con todos los requisitos, lo que pone en duda la declaratoria de desierta.
El proceso de licitación original
El 20 de enero de 2025, la Universidad Nacional publicó la invitación pública 22-2024-NAL para contratar el servicio de vigilancia y seguridad en nueve sedes, bajo la modalidad de negociación global de precios. A la fecha de cierre, solo una propuesta fue presentada por la Unión Temporal Alianza Segura, conformada por:
- Detección Seguridad Privada LTDA (60%)
- Seguridad El Pentágono Colombiano LTDA (40%)
El valor total de la oferta fue de 98.608.365.892 COP. Sin embargo, la Universidad argumentó que la empresa no cumplió con las especificaciones técnicas, particularmente la obligación de realizar una visita técnica a las nueve sedes. La institución aseguró que cada empresa integrante realizó las visitas de manera separada y no como una sola entidad, lo que, según el pliego de condiciones, ameritaba el rechazo de la propuesta.
El 10 de febrero de 2025, el Comité de Contratación del Nivel Nacional recomendó declarar desierta la invitación, justificando que la oferta no cumplió con los requisitos.
¿Una estrategia de contratación que deja dudas?
El caso de la UNAL deja en evidencia una preocupante práctica en la contratación pública: el uso de formalismos administrativos para justificar decisiones que, en la práctica, terminan beneficiando a ciertos actores.
Mientras el proceso de licitación fue declarado desierto por una supuesta falta de cumplimiento de requisitos, las distintas sedes de la UNAL contrataron de manera directa a la misma Unión Temporal (Servicios de Colombia y CIA LTDA) Líder de la Unión Temporal identificada con NIT 860.450.780-7, constituida bajo escritura pública No. 4881 otorgada en la Notaría 27 de Bogotá el 1 de agosto de 1985, inscrita el 13 de agosto de 1985 bajo el número 174862 del libro IX, según consta en el Certificado de Existencia y Representación Legal expedido por la Cámara de Comercio de Bogotá de fecha 23 de agosto de 2021.
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Otras empresas involucradas incluyen:
- Vigilancia Acosta LTDA., identificada con NIT 800.085.526-9.
- VISE LTDA., identificada con NIT 860.507.033-0.
- Security Video Equipment S.A.S, identificada con NIT 830.005.066-1.
Esto levanta serias dudas sobre la transparencia y legalidad del proceso.
Este es solo el inicio de una historia que podría traer repercusiones legales y disciplinarias para la administración universitaria. La Unidad Investigativa continuará revelando más detalles sobre cómo un contrato de seguridad se convirtió en un sofisticado juego de ajedrez con posibles implicaciones políticas, fiscales y penales.
Unidad Investigativa – primera entrega
🚨| ¿La Universidad Nacional torció un millonario contrato de seguridad?
La @UNALOficial declaró desierta la licitación para vigilancia y seguridad privada, un proceso que ha generado sospechas de presunto direccionamiento en la adjudicación del contrato. https://t.co/LOaAM879fZ
— Nación Paisa (@NacionPaisa) March 3, 2025