Naciones Unidas enfrenta 743 demandas de paternidad contra sus cascos azules desde 2006 y llama a los estados miembros a actuar para resolver estos casos y proteger a los niños afectados.
Un problema que exige acción global
La ONU informó que, desde 2006, se han registrado 743 demandas de paternidad o manutención infantil contra personal de operaciones de paz, principalmente cascos azules. Según el secretario general, António Guterres, esta situación traiciona el mandato de proteger a los vulnerables, convirtiéndose en un grave problema de explotación y abuso en misiones que deberían velar por la seguridad de las comunidades.
Progresos limitados y demandas sin resolver
El portavoz de la ONU, Stéphane Dujarric, señaló que aunque se han hecho avances en la prevención y respuesta a estos abusos, la mayoría de las demandas siguen sin resolverse. De las 743 demandas, solo 29 han sido resueltas favorablemente, estableciendo la filiación legal, aunque no siempre se garantiza la manutención de los niños afectados.
En 2023, se reportaron 110 nuevas demandas, siendo el año con más casos desde que comenzaron los registros. La nacionalidad con más demandas acumuladas es la sudafricana, con 111 casos.
Lea también: Corantioquia y Aris Mining lideran la primera iniciativa de minería regenerativa en Segovia
Un llamado a la rendición de cuentas
Guterres enfatizó la necesidad de que los estados miembros tomen medidas efectivas para resolver estas demandas y hacer rendir cuentas a los responsables. En un video difundido en redes sociales, recordó que los niños nacidos de estas relaciones enfrentan pobreza, estigma e inseguridad, y merecen reconocimiento y apoyo.
La ONU planea lanzar una campaña de concienciación para visibilizar esta problemática y trabajar de manera conjunta con los países involucrados en busca de soluciones.
Datos alarmantes sobre explotación en misiones de paz
El sitio web de la ONU, actualizado recientemente, detalla que algunas demandas surgen años después de los hechos, lo que dificulta su resolución. Guterres hizo un llamado urgente a la comunidad internacional, destacando que la ONU, por sí sola, no puede solucionar este problema, sino que requiere un esfuerzo colectivo.
