La cotización del euro frente al dólar prosigue su escalada y llegó a superar este viernes el umbral de los 1,14 «billetes verdes» por primera vez en tres años, en respuesta a las erráticas políticas implementadas por la Casa Blanca, lo que lleva a los inversores a obviar la dinámica de la evolución de los tipos de cambio en el corto plazo.
El cruce del euro alcanzó un máximo intradía de 1,1473 dólares, el cambio más fuerte de la moneda común frente al dólar desde febrero de 2022.
De tal manera, el euro se ha revalorizado más de un 6 % frente a la moneda estadounidense desde que, el pasado 2 de abril, Donald Trump desatara una crisis arancelaria global que, en los últimos días, se ha recrudecido en el caso de China. Mientras tanto, el presidente de EE. UU. decidió, por sorpresa, aplazar durante 90 días la implementación completa de los llamados aranceles «recíprocos».
«La pregunta sobre una posible crisis de confianza en el dólar ya ha sido respondida definitivamente: la estamos viviendo con toda su fuerza», resume el analista de ING Research, Francesco Pesole, para quien los mercados consideran el buen dato de inflación de marzo como «una cifra obsoleta», y siguen preocupados por la amenaza combinada de inflación y desaceleración del crecimiento.
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«El desplome del dólar funciona como un barómetro para ‘vender Estados Unidos’ en estos momentos», explica el experto, al apuntar que la rotación hacia otras divisas refugio tradicionales como el franco suizo, el yen japonés o incluso el euro «se justifica por la pérdida de atractivo del dólar estadounidense como refugio seguro».
Por su parte, el euro sigue siendo un receptor clave de las salidas de dólares. Además de su atractivo como moneda de reserva líquida, los mercados probablemente se mantendrán relativamente optimistas respecto a que la UE no esté dispuesta, por ahora, a intensificar la guerra comercial con Estados Unidos.
«Es importante destacar que la fuerte subida del EUR/USD se debe casi en su totalidad a la pérdida de confianza en el dólar y no se justifica en absoluto por la dinámica subyacente de los tipos de interés a corto plazo», señala Pesole.
En cualquier caso, advierte que, en este momento, predecir un mínimo del dólar es tan arriesgado como intentar adivinar el próximo movimiento de Trump con los aranceles, lo que hace que el «billete verde», al igual que los bonos del Tesoro, se comporte actualmente como una divisa sensible al riesgo, «lo opuesto a un refugio seguro».
«Sospechamos que solo una reversión sustancial de las medidas proteccionistas, en particular con respecto a China, puede reparar de forma sostenible el daño que ha sufrido el dólar la semana pasada», concluye.
(Colprensa)