El trágico asesinato del auditor Hernán Franco, ocurrido cerca del Parque de la 93, dejó al descubierto una red criminal que planeó minuciosamente el ataque durante meses. Sin embargo, un error inesperado permitió a las autoridades identificar y capturar al líder de la operación, Pablo Andrés Pachón.
El crimen, cometido en una de las zonas más vigiladas de Bogotá, parecía impenetrable. Pero todo cambió cuando Jean Karlo Bermúdez, el hombre encargado de manejar la motocicleta para la huida, fue detenido tras una falla mecánica en el vehículo. Su celular se convirtió en la clave para reconstruir los movimientos y comunicaciones de la banda.
Las investigaciones revelaron que los implicados utilizaron varias líneas telefónicas adquiridas exclusivamente para coordinar el asesinato. Estos números registraron actividad en las horas previas, durante y posteriores al ataque, confirmando su implicación directa. El análisis de llamadas mostró cómo los sicarios permanecieron en la zona hasta concretar el crimen y luego apagaron las líneas para evitar ser rastreados.
Pablo Andrés Pachón, señalado como el autor intelectual, fue rastreado gracias a la coincidencia de celdas telefónicas y las interceptaciones de sus conversaciones. En estas, quedó expuesta su experiencia en actos delictivos y su papel como jefe de sicarios, quien no solo organizó el asesinato, sino que también coordinó el escape posterior.
Además, cámaras de seguridad de la zona captaron un vehículo sospechoso, que se utilizó como apoyo logístico en el ataque. Estos registros fueron piezas clave para completar el rompecabezas y dar con los responsables.
A pesar de negar los cargos, las pruebas contundentes contra Pachón lo posicionan como un eslabón crucial para desmantelar la organización y encontrar a los autores intelectuales detrás del asesinato del auditor Hernán Franco.
