Estados Unidos ha anunciado este viernes que comenzará a «someter a escrutinio» la política migratoria de sus aliados occidentales a través de la redacción de informes de sus misiones diplomáticas que evaluarán «las implicaciones a nivel de Derechos Humanos y el impacto en la seguridad pública de la migración masiva«, que ha descrito como una «amenaza existencial» y una «crisis global«.
«La migración masiva supone una amenaza existencial para la civilización occidental y socava la estabilidad de aliados clave de Estados Unidos», ha sentenciado el Departamento de Estado en un comunicado publicado este viernes.
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En su nota, la cartera que dirige Marco Rubio no ha querido especificar qué países se verán afectados por estas evaluaciones. El criterio, apunta, irá dirigido en general contra aquellos que muestran «indulgencia» hacia «los crímenes y abusos contra los Derechos Humanos que cometen los migrantes» o que desarrollan «un sistema que antepone los migrantes a expensas de sus propios ciudadanos».
Estas evaluaciones también denunciarán «políticas de castigo» contra ciudadanos que expresen su disconformidad con «la inmigración masiva o documenten crímenes o abusos contra los Derechos Humanos cometidos por personas con antecedentes de migración».
El Departamento de Estado ha querido asegurar que Estados Unidos respeta «la soberanía de sus aliados» pero ha pedido no obstante a los gobiernos occidentales «que se involucren de manera constructiva con el número cada vez mayor de ciudadanos que están preocupados con la migración masiva» y ha remachado que «permanece listo para auxiliar a sus aliados a la hora de resolver» lo que describe como una «crisis global«.
Colprensa

