Denuncian que 46% de las patrullas de infancia y adolescencia están fuera de servicio en Bogotá
La concejal de Bogotá, Diana Diago, denunció una situación que pone en evidencia la desprotección en la que se encuentran miles de niños, niñas y adolescentes en la ciudad capital. Según la cabildante a partir de una respuesta a un derecho de petición respondido por la Secretaría de Seguridad, se conoció que el Grupo de Protección de Infancia y Adolescencia de la Policía Metropolitana de Bogotá (MEBOG), encargado de atender +y prevenir situaciones de riesgo que afectan a menores de edad, cuenta con 52 patrullas en total, de las cuales solo 28 están operativas.
Según las cifras presentadas por Diago son 13 patrullas las que están fuera de servicio, 1 se encuentra en mantenimiento, y 10 más no han podido entrar en operación por falta de documentación. “Esto implica que casi la mitad de la flota —un 46%— no está disponible para atender emergencias o desplegar labores de vigilancia, prevención y acompañamiento”, enfatizó la concejal.
“La ciudad atraviesa una crisis en materia de seguridad de todo orden y los niños y los jóvenes hoy también son víctimas de la inseguridad, tanto en los entornos escolares, como al interior de sus casas, y ni que decir lo que ocurre en el espacio público hoy los parques están tomados por los jíbaros”, afirmó la concejal.
En su reporte confirmó que según datos del sistema de alertas tempranas de la Secretaría de Educación, entre el 1 de enero y el 31 de marzo de 2025 ya se han registrado 989 reportes de abuso y violencia escolar, clasificados como “riñas”. Esta cifra, correspondiente solo al primer trimestre del año, da cuenta de un fenómeno preocupante: el aumento sostenido de conflictos entre estudiantes que terminan en agresiones físicas, amenazas, acoso y, en algunos casos, violencia estructural o vínculo a redes criminales.
“Las patrullas de Infancia y Adolescencia no son vehículos ornamentales. Son la herramienta para que la policía como primer respondiente se movilice para proteger a los niños de situaciones de abuso, reclutamiento, explotación, violencia, peligro en entornos escolares, comunitarios, incluso en su propia vivienda. ¿Cómo pretendemos hacer frente a estos problemas sí más del 40% de las patrullas no está funcionando?”, insistió Diago.
Se ventiló además en el debate sobre riesgos para la infancia como el aumento del microtráfico en los entornos escolares, el reclutamiento de menores por parte de bandas criminales, el consumo problemático de sustancias psicoactivas y el acceso sin control a contenidos violentos o sexuales a través de internet y redes sociales. A esto se suma el debilitamiento del tejido familiar, la deserción escolar y la falta de espacios seguros para la recreación y el desarrollo integral de los menores.
Por: Norberto Patarroyo L.