La Conmebol ha tomado una decisión que ha generado aún más controversia tras la final de la Copa América 2024 entre Colombia y Argentina, en la que la Selección Colombia cayó por 1-0 en un partido lleno de polémicas arbitrales. A un mes del encuentro, la Confederación Sudamericana de Fútbol ha excluido al árbitro Rodolpho Toski, quien estuvo a cargo del VAR durante ese partido, de las próximas fechas de las eliminatorias sudamericanas rumbo al Mundial 2026. Sin embargo, esta medida ha sido vista por muchos como insuficiente y poco transparente.
El partido, que se decidió con un gol de Lautaro Martínez en el tiempo añadido, estuvo marcado por varias jugadas controvertidas dentro del área argentina que no fueron sancionadas como penal a pesar de ser revisadas por el VAR. Los jugadores colombianos Jhon Córdoba y Davinson Sánchez fueron claros en expresar su frustración, señalando que las faltas cometidas contra ellos debieron ser penalizadas, lo que podría haber cambiado el rumbo del partido.
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A pesar de la tradición de publicar los audios del VAR para dar claridad sobre las decisiones arbitrales, en este caso específico no se han divulgado las grabaciones, lo que ha generado un malestar significativo entre los aficionados y jugadores colombianos. La falta de transparencia ha llevado a cuestionar la imparcialidad de las decisiones y ha dejado una sombra sobre la legitimidad del resultado.
Aunque la Conmebol ha «borrado» a Toski de las próximas convocatorias arbitrales, el árbitro principal de la final, Raphael Claus, sigue siendo considerado para futuros encuentros, lo que ha alimentado aún más las críticas. Muchos se preguntan si la sanción al VAR es simplemente un gesto simbólico para apaciguar las quejas, sin abordar realmente los errores que pudieron haber influido en el resultado final.
Esta situación ha reavivado el debate sobre la necesidad de una mayor transparencia y consistencia en el uso del VAR, especialmente en partidos de alto nivel donde las decisiones arbitrales pueden tener un impacto decisivo. Mientras tanto, la Selección Colombia deberá enfrentar las próximas competiciones con la incertidumbre de si estas situaciones se repetirán, sin una explicación clara de la Conmebol sobre lo sucedido en la final.
