En lo profundo de las montañas del centro de Colombia, un pequeño pueblo llamado Falan está emergiendo como uno de los destinos más sorprendentes y auténticos. A tan solo cuatro horas por carretera desde Bogotá, este rincón del departamento del Norte del Tolima está ganando reconocimiento por algo más que sus paisajes montañosos: una Ciudad Perdida, oculta durante siglos por la selva, que hoy ofrece una experiencia única para los amantes de la naturaleza y la aventura.
Naturaleza intacta, emoción pura
Visitar la Ciudad Perdida de Falan no es solo una excursión arqueológica: es una experiencia inmersiva en un entorno de selva húmeda tropical, lleno de vida silvestre, cascadas y caminos históricos. Los visitantes pueden volar entre árboles con uno de los canopys más largos del país, cruzar un puente colgante con vistas únicas del entorno selvático, y practicar torrentismo en cascadas naturales, una de las actividades más emocionantes para los amantes de la adrenalina.
Desde niños de cinco años —acompañados por guías locales— hasta aventureros expertos, el recorrido está diseñado para ofrecer emoción, conexión y descubrimiento. Entre las especies que se pueden observar están el mono tití manoblanca, la ranas punta de flecha, mariposas de colores intensos y una diversidad de aves tropicales.
El senderismo es una de las actividades centrales del recorrido y está diseñado para que cualquier persona con buen estado físico pueda realizarlo. Desde niños de cinco años —acompañados por guías locales— hasta aventureros expertos, el recorrido está diseñado para ofrecer emoción, conexión y descubrimiento. Entre las especies que se pueden observar están el mono tití manoblanca, la rana punta de flecha, mariposas de colores intensos y una diversidad de aves tropicales. La combinación de historia, aventura y naturaleza convierte a Falan en un destino único en Colombia.
Un viaje al pasado… y a lo salvaje
La “Ciudad Perdida de Falan” no es una leyenda, es un complejo real de túneles, ruinas coloniales y estructuras de piedra que fueron parte de las Reales Minas de Santa Ana, consideradas en el siglo XVIII como uno de los mayores centros de producción de oro y plata del continente. Estas minas fueron explotadas primero por la corona española y luego por empresarios británicos tras la independencia de Colombia, como parte de un acuerdo político firmado por el libertador Simón Bolívar, quien se las cedió a los ingleses por el apoyo en la lucha independista.
Durante más de un siglo, el sitio quedó en el olvido, tragado por el bosque. Fue redescubierto en 1987 por el periodista Roberto Tobar Gaitán, exalumno de la Normal Superior de Falan, que decidió regresar a los senderos que recorría de niño. Junto a campesinos y profesores, abrió senderos con machete y confirmó que las ruinas seguían ahí. Las bautizó como la Ciudad Perdida de Falan, creyendo haber encontrado Santa Águeda. Pero lo que descubrió fue aún más valioso: los restos de la mítica mina de Santa Ana. Su hallazgo marcó el inicio de una nueva historia para Falan, que hoy escribe su presente a través del turismo comunitario y sostenible.
Turismo que transforma comunidades
Este proyecto, impulsado por la Fundación Ecoturística Santa Ana, ha generado un modelo de desarrollo local que ha transformado la economía de Falan. Jóvenes que antes migraban hoy se capacitan como guías y emprendedores turísticos. Más de 15 guías locales trabajan directamente en la reserva, y el pueblo ha triplicado su capacidad hotelera, con alojamiento para hasta 200 personas por noche.
Durante temporadas altas, como Semana Santa o vacaciones, Falan recibe hasta mil visitantes por día. La comunidad no solo guía y hospeda: también ofrece gastronomía local, artesanías y transporte rural, convirtiendo la visita en una experiencia de inmersión cultural.
Un destino emergente en el corazón de Colombia
Falan todavía es un secreto bien guardado para muchos viajeros nacionales y hasta internacionales, lo que lo convierte en un destino perfecto para quienes buscan experiencias fuera de ruta. Su ubicación central permite combinarlo fácilmente con otros destinos como Bogotá, el centro histórico de Honda o los cafetales del Eje Cafetero.
En un continente lleno de paisajes espectaculares y patrimonios arqueológicos, la Ciudad Perdida de Falan destaca por su autenticidad, su historia aún en proceso de redescubrimiento y la calidez de su gente.