En un hecho que ha generado amplia indignación, la Fundación para la Libertad de Prensa (FLIP) denunció que el alcalde de Medellín, Federico Gutiérrez, y el concejal Andrés Gury Rodríguez, del partido Centro Democrático, vulneraron la libertad de expresión al promover la eliminación de dos murales significativos para el debate público.
El primer mural, realizado por el colectivo Mujeres Caminando por la Verdad, llevaba la frase «Las cuchas tienen razón» y hacía referencia a los recientes hallazgos de restos humanos en La Escombrera, un sitio vinculado a desapariciones forzadas.
El segundo mural, que decía «Nos están matando«, evocaba las movilizaciones del estallido social de 2021, denunciando la violencia estatal. Ambos fueron eliminados bajo el argumento de que las intervenciones artísticas incumplían el Acuerdo 010 de 2020, que regula el arte urbano en Medellín.
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Sin embargo, la FLIP advierte que esta decisión carece de sustento legal y tiene una motivación ideológica más que normativa. Según la fundación, los funcionarios han tergiversado los objetivos del acuerdo, que busca precisamente fomentar el diálogo entre artistas y el Estado, para justificar un acto de censura.
De hecho, el concejal Rodríguez calificó a los autores del primer mural como «vándalos» y acusó la obra de promover la «apología al terrorismo«. Por su parte, el alcalde Gutiérrez aseguró que expresiones de este tipo solo buscan “generar caos”.
La Corte Constitucional, en su Sentencia T-281/21, ya había señalado que las expresiones visuales como los murales cuentan con una protección especial bajo la libertad de expresión, al ser herramientas para el control ciudadano y la denuncia pública. Por ende, la eliminación arbitraria de estos murales constituye una violación a este derecho fundamental.
El impacto de estas acciones no se detuvo en la censura de los murales. Hernán Muriel, periodista y director del medio Cofradía para el Cambio, denunció que ha recibido múltiples amenazas tras publicar videos sobre la eliminación de las obras y la respuesta de los colectivos artísticos, que rápidamente las volvieron a pintar con frases como “El arte no se calla”. Según Muriel, los mensajes intimidantes incluyen advertencias violentas y la divulgación de su dirección, lo que pone en riesgo su vida.
La FLIP hizo un llamado urgente al alcalde Gutiérrez y al concejal Rodríguez para que cesen sus acciones de censura, garanticen la libertad de expresión y eviten discursos estigmatizantes que puedan incitar agresiones contra artistas y periodistas. Además, solicitó a las autoridades locales y nacionales, como la Policía del Valle de Aburrá y la Fiscalía, investigar las amenazas contra Muriel y asegurar su protección.
Este caso subraya la necesidad de proteger las manifestaciones artísticas y la labor periodística, pilares esenciales de una democracia deliberativa, frente a actos que buscan silenciar las voces críticas y ocultar las denuncias sobre violaciones de derechos humanos.
