martes, marzo 11, 2025
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Cartagena: microtráfico y violencia

Por ; Liliana Barrios, Emily Orozco, Lucas Caly *

Cartagena de Indias, la joya del Caribe Colombiano, es reconocida por su riqueza histórica, sus murallas centenarias y su vibrante oferta turística a nivel mundial. Sin embargo, detrás de las postales de ensueño que atraen a millones de visitantes cada año, la ciudad enfrenta una crisis silenciosa y devastadora: el microtráfico.

El negocio de la droga se ha incrustado en sus barrios más vulnerables y, cada vez con mayor fuerza, en las zonas turísticas, tejiendo una red de poder que desafía a las autoridades y afecta a la sociedad en múltiples niveles. Desde hace años, el microtráfico ha dejado de ser un problema exclusivo de las grandes ciudades y ha encontrado en Cartagena un terreno propicio para expandirse.

Un día antes de la Navidad del año pasado, uno de los golpes más significativos contra el microtráfico en Cartagena, se dio. Las autoridades lograron la captura de 20 personas vinculadas a la venta de estupefacientes en la zona amurallada de la ciudad y desmantelar una organización criminal. Los Osos.

Alcalde de Cartagene en rueda de prensa, da detalles de la captura de la banda criminal Los Osos.

Este caso demostró que el microtráfico no solo afecta a los barrios populares, sino que está presente en toda la ciudad.

“Operaban principalmente en el sector turístico del Centro Histórico, se dedicaba a la comercialización de drogas a turistas nacionales y extranjeros. Los delincuentes usaban múltiples estrategias para pasar inadvertidos ante las autoridades, como por ejemplo ocultar las sustancias ilícitas en lugares insospechados como estatuas, árboles, canecas de basura, zapatos e incluso en partes íntimas”, sostiene el Portal Infobae.

De acuerdo con el Banco Interamericano de Desarrollo, la seguridad ciudadana es un enfoque integral para enfrentar la violencia y la delincuencia en las ciudades. Foto Policía Nacional

Agrega que los organismos encargados señalaron que los criminales utilizaban a menores de edad para transportar y distribuir las drogas, lo que agrava la situación al involucrar a menores en actividades ilícitas”.

En lo corrido de este 2025  se han capturado 168 personas por el delito de hurto y 540 por tráfico de estupefacientes.

El pasado 10 de marzo, cayeron ocho presuntos jíbaros en la ciudad que vendían más de 100 millones de pesos mensuales. Esta banda distribuía más de 20 mil dosis de droga por mes en diferentes barrios de la ciudad informó la Policía Metropolitana que contó en el operativo con la participación de la Fiscalía General de la Nación.  Fueron ocho allanamientos a viviendas que funcionaban como puntos fijos de expendio de sustancias alucinógenas, especialmente de marihuana y bazuco.

El mundo oscuro del microtráfico en la ciudad ha  tocado  diferentes puertas como las empresas de aereomensajeria.

El pasado 25 de febrero en operativos de registro y control a encomiendas en empresas de mensajería, en el barrio El Bosque, funcionarios de la Policía Nacional en Cartagena, adscritos al grupo de Carabineros y Protección Ambiental, logran el hallazgo de seis paquetes de marihuana, la cual tendría como destino puntos de expendio en la ciudad.

En este operativo fue relevante el olfato del canino especializado en narcóticos ‘Killer’,  quien detecto un olor sospechoso lo que llevó a una inspección más detallada, encontrando seis paquetes rectangulares, cubiertos con un plástico, equivalentes a más de 10 mil dosis de marihuana.

Durante labores de verificación, las unidades policiales, con la ayuda del canino especializado en narcóticos ‘Killer’, detectaron un olor sospechoso en una carga proveniente de Cali y con destino a Cartagena, lo que llevó a una inspección más detallada

El olfato del canino especializado, permitió sacar de las calles de Cartagena más de treinta mil dosis de sustancias alucinógenas. Foto Policia Nacional

El entrenamiento y olfato de KIller,  permitió sacar de las calles de Cartagena más de treinta mil dosis de sustancias alucinógenas, durante el 2024, evitando que lleguen y contaminen a nuestros jóvenes.

El comandante de la Policía Metropolitana de Cartagena,  Brigadier General Gelver Yecid Peña Araque, destacó  que en lo corrido del año se han capturado 477 personas por tráfico de estupefacientes y se han incautado más de 117 kilos de alucinógenos, entre marihuana, base de coca y cocaína.

“Estamos dando golpes contundentes contra estas estructuras multicrimen que no solo se disputan el tráfico local de estupefacientes, sino que además son generadoras de hechos violentos y homicidios en diferentes sectores de la ciudad; por eso nuestro llamado a los cartageneros es a seguir cooperando, bajo absoluta reserva, para identificar a los delincuentes y a todas estas estructuras criminales que atentan contra la seguridad y convivencia de la ciudadanía”, sostuvo.

Los expertos están de acuerdo que cada vez que desmantela un punto de venta, aparece otro en su lugar. “Es un fenómeno que se retroalimenta debido a la falta de oportunidades laborales y la demanda creciente de drogas, tanto por parte de la población local como de los turistas”.

Las estructuras del microtráfico han logrado afianzarse en barrios populares como Olaya Herrera, Nelson Mandela, La Esperanza y El Pozón, donde hay problemas de marginalidad y la presencia del Distrito es muy limitada.

Las estructuras del microtráfico han logrado afianzarse en barrios populares como Olaya Herrera, Nelson Mandela, La Esperanza y El Pozón. Foto Policia Nacional

En estas comunidades, donde las necesidades económicas y la falta de oportunidades son el pan de cada día, las bandas criminales presuntamente han encontrado mano de obra joven dispuesta a involucrarse en el negocio de la droga.

En muchos casos, la participación no es voluntaria, sino impuesta por la violencia y las amenazas. Dayro Carrasquilla, habitante del barrio Nelson Mandela, en el sur oriente de la ciudad, relató que en más de una ocasión fue testigo de cómo amigos e incluso él fue tentado a consumir e incluso amenazados:

“Nos amenazaron, nos dijeron que, si hablábamos, nos matarían a todos». Su testimonio es solo uno de los varios relatos que se repiten en los barrios donde el microtráfico ha sentado sus bases.

Pero el problema no se limita a las periferias de Cartagena. En el Centro Histórico, en sectores como Getsemaní y Bocagrande, el tráfico de drogas es una realidad innegable, aunque se camufla bajo una apariencia más discreta.

¿Se sienten seguros los Cartageneros?

“En una ciudad segura las personas pueden vivir, trabajar, moverse y participar sin miedo” afirma  Robert Muggah,  politólogo, urbanista y experto en seguridad

De acuerdo con el Banco Interamericano de Desarrollo, la seguridad ciudadana es un enfoque integral para enfrentar la violencia y la delincuencia en las ciudades, que busca reducir los niveles de victimización, mejorar la percepción de seguridad y fortalecer la cohesión social y la convivencia pacífica.

Un Informe de Seguridad y Convivencia Ciudadana de Planeación Nacional del 2023, señala que la percepción  de seguridad  en la ciudad de las murallas, no es la mejor.

Al comparar las tasas nacionales, departamentales y del municipio, se observa que: el delito de hurto a personas tiene una tasa mayor en el municipio, 1164.2 en comparación con la tasa del departamento ,599.6 y la tasa de nivel nacional .1079.6.  El  homicidio tiene una tasa mayor en el municipio (53.5) en comparación con la tasa del departamento (45.2) y la tasa de nivel nacional (37.4).

El portal Cartagena Cómo Vamos, un programa privado que desde el 2005 hace seguimiento y monitoreo a los cambios en la calidad de vida de los habitantes de

Cartagena, a partir de indicadores objetivos y de percepción ciudadana. Sostiene que en materia de seguridad las muertes violentas han aumentado en Cartagena, con homicidios representando el 63% de estas en 2023.

“En 2023 nuevamente repuntaron los casos de violencia interpersonal fueron de  4,8% en comparación con 2022. Estas han venido en aumento sostenido desde 2021, sin embargo, está un 33% por debajo a los niveles de prepandemia. De todos los casos en la ciudad, el 57% involucraron hombres y el 43% mujeres».

Con relación a las muertes violentas, el informe afirma que van en aumento en 5 años consecutivos. En 2023, el 63% de estas son causadas por los homicidios, que han venido creciendo más que las otras causas. Las muertes por accidentes de transporte fueron el 16%, las muertes accidentales representaron un 9% y los suicidios un 8%.

El sicariato en la ciudad es una modalidad nueva, que afecta a ciudadanos y turistas. «Cartagena Como Vamos» muestra que en la vía pública o en la calle sucedieron el 70% de los casos. El 51% de las víctimas tenía menos de 28 años. Junio y julio fueron los meses con mayor número de homicidios hace dos años.

Concluye el informe que 2023, las tasas de homicidios, hurtos y amenazas se encuentran por encima del promedio nacional y estima que se requieren medidas para enfrentar la inseguridad en Cartagena.

En febrero de este año, 24 personas perdieron la vida en Cartagena y sus corregimientos. 18 por sicariato.  El Comandante de la Metropolitana de Cartagena atribuye “la mayoría de estos homicidios a una pugna entre organizaciones criminales dedicadas al microtráfico en la ciudad, que se disputan territorios”.

En la vía pública o en la calle sucedieron el 70% de los casos. El 51% de las víctimas tenía menos de 28 años. Junio y julio fueron los meses con mayor número de homicidios hace dos años. Foto Policía Nacional

Según información que ha entregado la Policía de Cartagena, de las 18 personas que murieron por sicariatos, ocho tenía anotaciones judiciales por distintos delitos, y diez no registraban información en el Sistema Penal Oral.

En comparación con los homicidios cometidos en febrero de 2024, este año hubo una disminución de tres casos; sin embargo, los sicariatos tuvieron un aumento: pasaron de 16 a 18 en este segundo mes de 2025.

Los caminos que quedan.

El secretario de Seguridad de Bolívar, Manuel Berrío, en una entrevista con El Universal, periódico de la ciudad, en su momento indicó que, desde enero de 2024, el Ejército de Liberación Nacional (ELN) y las disidencias de las FARC habrían formado una alianza para enfrentar al Clan del Golfo, lo que, según él, ha agravado la situación de seguridad en la región.

En declaraciones del pasado 9 de febrero, consultado si este conflicto tiene incidencia en Cartagena, el secretario del Interior, Bruno Hernández, aclaró que la situación en la ciudad es distinta, según una entrevista del diario local.

Según el funcionario, la disputa territorial se da entre el Clan del Golfo y otros grupos al margen de la ley,  «quienes buscan reorganizarse y ganar control del microtráfico”. Sin embargo, reiteró que “Cartagena es un territorio de los cartageneros y no de las bandas criminales”.

A pesar de los esfuerzos de las autoridades, el microtráfico sigue en aumento. La represión policial ha demostrado ser insuficiente para erradicar el problema, y los expertos coinciden en que se requiere un enfoque más integral.

La solución no está solo en capturar a los traficantes, sino en abordar las causas estructurales que permiten que este negocio prospere.

Es necesario fortalecer la educación, generar oportunidades de empleo y brindar apoyo a los jóvenes en riesgo, algunas iniciativas han mostrado resultados positivos. Programas de reinserción para jóvenes, campañas de sensibilización en colegios y la inversión en proyectos productivos han reducido el número de reclutamientos en algunas comunidades.

 

Es evidente que la lucha contra el microtráfico no se resolverá de la noche a la mañana. Se requiere un compromiso a largo plazo y una visión integral que vaya más allá de la represión. La inversión social debe ser una prioridad en cualquier estrategia gubernamental, pues atacar las raíces del problema es la única manera de evitar que resurja una y otra vez.

La falta de acceso a empleo digno y la deficiencia en la educación han sido factores determinantes en la expansión del microtráfico, por lo que es crucial invertir en programas de formación técnica y profesional que brinden herramientas a las nuevas generaciones para labrarse un futuro lejos de la delincuencia.

*Liliana Barrios, Emily Orozco, Lucas Caly, estudiantes del Programa de Comunicación Social de la Fundación Universitaria Antonio de Arévalo-TECNAR-

 

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