El Sol se escondió tras un manto de nubes grises el pasado 16 de septiembre de 2024, cuando el acogedor municipio de Cajicá se tornó en el escenario de un duelo profundo y colectivo.
En una ceremonia colmada de emoción y respeto, la comunidad de Cajicá rindió un homenaje a Juanita Cárdenas Gómez, una joven cuyo corazón vibraba con el amor hacia las causas sociales.
Su trágica partida, tras ser arrollada por el Tren Turístico de la Sabana, dejó un vacío irreparable en quienes tuvieron el privilegio de conocer su espíritu generoso.
Una Despedida envuelta en tristeza y reverencia
Desde el mediodía, la parroquia de la Inmaculada Concepción se llenó de un luto sereno y conmovedor.
Los asistentes, con semblantes marcados por la tristeza, comenzaron a congregarse en el parque principal de Cajicá, esperando el inicio de una ceremonia que honraría la memoria de Juanita.
Arreglos florales fúnebres adornaban la fachada de la iglesia, mientras una calle de honor, decorada con globos y flores blancas, aguardaba la llegada del féretro.
Juanita, cuya vida fue un testimonio de valentía y altruismo, había fallecido el 14 de septiembre al intentar salvar a su perro, atrapado en las vías del tren.
Este acto heroico, reconocido por sus seres queridos, conmovió profundamente a la comunidad, reflejando la esencia de una joven que vivió para servir.
Una Ceremonia llena de sentimiento
Pasado el mediodía inició la ceremonia en la parroquia, con la presencia de sus padres, Angélica Gómez y William Ricardo Cárdenas, y su familia, acompañados por el gobernador de Cundinamarca, Jorge Rey, y autoridades de la Alcaldía Local.
En medio de arreglos florales y una fotografía de la joven, la ceremonia fue acompañada por la Banda Sinfónica Especial de Cajicá y el Coro Descentralizado Parroquial, cuyas interpretaciones llevaron un toque de solemnidad y belleza a la ceremonia.
El párroco Miguel Antonio Díaz Tamayo habló con calidez sobre la vida de Juanita, recordando su excepcional liderazgo y dedicación. Sus palabras resonaron con la verdad de que, aunque Juanita se haya ido, su legado perdurará en el compromiso social y en la memoria de quienes la conocieron.
Un especial reconocimiento póstumo
En un emotivo discurso, el gobernador Jorge Rey destacó el impacto inigualable de Juanita en su comunidad.
Fue un momento cargado de pesar y admiración cuando se le entregó, a título póstumo, la Orden Civil Cundinamarquesa Antonio Nariño en el grado Gran Cruz de Oro.
Este honor, la máxima distinción otorgada a líderes sociales, subrayó la magnitud de su contribución y el amor que inspiró en quienes la rodeaban.
Las palabras de despedida de su padre, William Ricardo Cárdenas, reflejaron la profunda tristeza de la familia, pero también celebraron la luz que Juanita trajo a sus vidas.
Su padre evocó el dolor de perder a una hija tan excepcional, mientras su hermano recordó un gesto de cariño que ahora se torna en un tesoro inmenso.
Un legado de Amor y Servicio
El adiós a Juanita Cárdenas no es solo una despedida; es una invitación a continuar su legado de amor y servicio.
Su vida, aunque breve, dejó una marca imborrable en Cajicá, y su memoria seguirá inspirando a todos aquellos que valoran el compromiso con el bienestar común.
Cajicá se despide con lágrimas, pero también con un firme propósito de mantener viva la llama de su altruismo y pasión por las causas sociales.
