El narcotráfico sigue en aumento
Según un informe de la Oficina de Naciones Unidas contra la Droga y el Delito (UNODC), Colombia ha alcanzado las 253.000 hectáreas sembradas de coca en 2023, marcando un incremento del 10% respecto al año anterior, lo que pone de relieve la creciente complejidad del fenómeno del narcotráfico y los desafíos que enfrenta el gobierno para erradicar los cultivos ilícitos.
En un contexto marcado por la lucha constante contra el narcotráfico, el último informe de la Unodc, divulgado el 18 de octubre, revela cifras preocupantes sobre el aumento de los cultivos de coca en Colombia. Con 253.000 hectáreas sembradas, la producción de clorhidrato de cocaína pura se ha disparado a 2.664 toneladas métricas, lo que representa un alarmante incremento del 53% en comparación con 2022.
Este crecimiento no solo refleja la magnitud del desafío que enfrenta el país, sino también la complejidad de las dinámicas del narcotráfico en la región. La Unodc señala que la expansión de los cultivos ha permitido la diversificación de la oferta criminal, consolidando el poder de las organizaciones delictivas y ampliando su influencia en el mercado global de la cocaína.
A pesar de que el 89,5% de los cultivos de coca se concentra en territorios donde han estado presentes en la última década, el informe destaca una creciente polarización entre las zonas de alta y baja concentración. Esta dinámica complica aún más los esfuerzos del gobierno por erradicar estos cultivos. Aproximadamente el 48% del área cultivada se ubica en zonas de manejo especial, como parques nacionales y resguardos indígenas, planteando un dilema sobre la necesidad de equilibrar la conservación ambiental con la lucha contra el narcotráfico.
El informe también revela que el crecimiento de los cultivos no es uniforme; se ha vuelto más generalizado, afectando a 16 de los 19 departamentos con coca. Cauca y Nariño son las regiones más afectadas, con cultivos que se extienden a menos de 42 kilómetros de los principales centros metropolitanos, incluidas ciudades como Popayán y Medellín. Esto resalta la conexión crítica entre la economía lícita y los recursos generados por el narcotráfico.
La Unodc advierte que el crecimiento de la oferta de cocaína coincide con un aumento en la demanda global. En América, se contabilizan aproximadamente 11.680.000 consumidores de cocaína, lo que acentúa la urgencia de abordar la situación con una estrategia más efectiva y coordinada.
El aumento de los cultivos de coca en Colombia y el crecimiento concomitante en la producción de cocaína presentan un desafío formidable para el gobierno. A medida que las organizaciones delictivas diversifican sus operaciones y consolidan su poder, se vuelve crucial desarrollar estrategias integrales que aborden tanto las raíces socioeconómicas del narcotráfico como la protección de los derechos de las comunidades afectadas y el medio ambiente. La situación exige una respuesta coordinada y robusta que involucre a múltiples actores, tanto nacionales como internacionales, para enfrentar de manera efectiva el fenómeno del narcotráfico en el país.