En un giro inesperado en la política colombiana, el gobierno del presidente Gustavo Petro enfrenta una crisis interna tras un consejo de ministros televisado que expuso profundas divisiones en su gabinete. Este evento ha resultado en la renuncia de dos altos funcionarios en menos de 24 horas.
Jorge Enrique Rojas Rodríguez, quien asumió hace apenas seis días como director del Departamento Administrativo de la Presidencia (DAPRE), presentó su dimisión argumentando discrepancias con la reciente designación de Armando Benedetti como jefe de Despacho Presidencial. Rojas expresó su desacuerdo con la creación de este nuevo cargo y señaló la necesidad de revisar la metodología de comunicación del gobierno.
Horas después, Juan David Correa, ministro de Cultura desde hace un año y medio, también anunció su renuncia. Aunque en su carta de dimisión mantuvo un tono positivo y destacó logros como la creación de un plan de Cultura quindenal y una reforma a la Ley General de Cultura, su salida se produce en medio de las tensiones evidenciadas en el consejo de ministros.
Carlos Carrillo, director de la Unidad Nacional de Gestión de Riesgos de Desastres (UNGRD) también presentó su renuncia protocolaria en horas de la mañana a la espera de una decisión final del presidente.
A esta lista se suma la renuncia hace unos momentos de la secretaria Jurídica de la Presidencia, Paula Robledo Silva, quien da un paso al costado para que el primer mandatario pueda tener la posibilidad de nombrar a nuevas personas.
Durante la reunión, que fue transmitida en vivo, se hicieron evidentes las fracturas internas del gabinete. La vicepresidenta Francia Márquez y otros ministros cuestionaron públicamente decisiones presidenciales, especialmente el nombramiento de Benedetti, quien ha enfrentado acusaciones de corrupción. El ministro del Interior, Juan Fernando Cristo, sugirió la renuncia colectiva del gabinete, calificando la situación de insostenible y abogando por cambios necesarios para cumplir con el programa de gobierno y el Plan Nacional de Desarrollo.
Estas renuncias y tensiones internas plantean interrogantes sobre la estabilidad y cohesión del gobierno de Petro, justo cuando enfrenta desafíos significativos en su agenda política y social.