Un grupo de 43 migrantes colombianos fue deportado desde Panamá este lunes en un vuelo con destino a Medellín. Según informó la Cancillería, estas personas fueron expulsadas del país centroamericano por diversas infracciones a la ley.
De los deportados, 36 llegaron en lo que las autoridades consideran “condiciones dignas”, es decir, sin esposas ni restricciones físicas. Sin embargo, siete de ellos fueron trasladados “en condiciones especiales”, debido a que tenían antecedentes judiciales, lo que obligó a las autoridades panameñas a entregarlos con esposas en manos y pies.
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El proceso de deportación de colombianos desde Panamá se enmarca en acuerdos bilaterales que permiten la repatriación de migrantes irregulares. Estos vuelos cuentan con financiamiento de Estados Unidos, que destina hasta seis millones de dólares anuales para cubrir los costos de estas operaciones.
Colombia propone asumir los costos
En medio de estos procesos, la Cancillería informó que el Gobierno de Colombia ha planteado la posibilidad de asumir los costos de los vuelos de repatriación de sus connacionales. La propuesta fue presentada a Mauricio Claver-Carone, exfuncionario estadounidense y encargado de asuntos latinoamericanos en la administración de Donald Trump.
Según el comunicado oficial, “para tales efectos se evalúan en este momento todas las opciones de traslado aéreo y marítimo, teniendo en cuenta la mayor responsabilidad fiscal de acuerdo a las instrucciones del señor presidente”.
Esta iniciativa había sido anunciada por el presidente Gustavo Petro en una entrevista con la cadena Univisión la semana pasada, en la que destacó la necesidad de que Colombia tenga un mayor control sobre el retorno de sus ciudadanos deportados.