El presidente Gustavo Petro parece haber adoptado una estrategia que se mantendrá en 2025: cuestionar a las otras ramas del poder público mediante la narrativa de un supuesto “golpe de Estado”.
Esta postura ha generado tensiones crecientes entre el Ejecutivo y el poder judicial, especialmente con el Consejo de Estado.
Esta semana, el Consejo de Estado respondió al mandatario con un video en el que rechazó sus declaraciones sobre las recientes decisiones judiciales, calificándolas como “graves y sistemáticas”.
El golpe blando es la venganza de la elite contra un gobierno q dejó de entregarle el dinero y ahora, lo invierte en las poblaciones vulnerables
La inauguración de este colegio en el Chocó no la verán en los medios tradicionales
Gracias Presidente @petrogustavo y @fondopazco✊🏼 pic.twitter.com/eVkLfBBBB7
— Esther🦖 (@BioSaura) September 18, 2024
Según el tribunal, el presidente deslegitima sus decisiones al llamarlas “actos de golpe blando”. En uno de los casos, Petro criticó el fallo que anuló el nombramiento del alcalde de Duitama, José Luis Bohórquez, avalado por el Pacto Histórico.
La Corporación Excelencia en la Justicia (CEJ) también se sumó al debate, asegurando que el mandatario intenta desacreditar a las instituciones judiciales del país. Analistas señalan que esta narrativa de “golpe de Estado” es una estrategia recurrente entre líderes de izquierda en América Latina para reforzar su posición política frente a decisiones adversas. Expertos advierten que esta postura podría debilitar la independencia de las instituciones y minar la confianza en el sistema democrático colombiano.
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