Cuba enfrenta una de las peores crisis energéticas de los últimos años, con apagones masivos que han afectado a prácticamente toda la isla desde el viernes pasado, dejando a unos 10 millones de personas sin electricidad. Este corte generalizado de energía ha provocado la paralización de servicios básicos como el suministro de agua, así como el cierre de escuelas, negocios y hospitales, generando malestar y protestas en varias regiones.
El apagón, que comenzó tras una falla en la principal planta energética del país, la central Antonio Guiteras, ubicada en Matanzas, ha dejado a gran parte de la población sin electricidad durante días, lo que ha afectado directamente el acceso a alimentos y otros servicios esenciales. Muchas familias han visto cómo sus alimentos se pudren en sus neveras debido a la falta de refrigeración. «No hemos tenido electricidad durante tres noches y nuestra comida se está pudriendo», declaró Mary Karla, una madre de tres hijos.
Aunque el servicio fue restablecido parcialmente el sábado, volvió a colapsar, y para el lunes por la tarde, solo el 37% del país había recuperado el suministro eléctrico. En La Habana, la situación mejoró, alcanzando al 90% de los hogares.
Escasez de combustible y daños en la infraestructura
El gobierno cubano ha señalado varios factores que explican la gravedad de la crisis. El presidente Miguel Díaz-Canel culpó al embargo económico impuesto por Estados Unidos, argumentando que impide la llegada de suministros y piezas de repuesto necesarios para el mantenimiento de la infraestructura energética, ya obsoleta. Por su parte, el primer ministro Manuel Marrero enfatizó que la escasez de combustible es el principal motivo detrás de los apagones.
Cuba depende de las importaciones para abastecer sus plantas de energía, muchas de las cuales son viejas y operan con petróleo. Sin embargo, este año se ha visto afectada por una disminución en los envíos de combustible, principalmente desde Venezuela, que en su momento fue un aliado clave bajo un acuerdo firmado en el año 2000 entre Hugo Chávez y Fidel Castro. Las exportaciones de petróleo venezolano hacia Cuba han caído en los últimos años debido a la crisis que afecta a ese país, sumado a la reducción en los suministros de otros proveedores como Rusia y México.
Protestas y temor ante el huracán Oscar
La situación ha generado una ola de protestas tanto en redes sociales como en las calles. En barrios como San Miguel del Padrón, en La Habana, los residentes han bloqueado calles con basura y han realizado cacerolazos como forma de protesta.
Además, la tormenta tropical Oscar, que tocó tierra en Cuba el domingo después de haber sido un huracán, amenaza con empeorar la situación. Se teme que los fuertes vientos y lluvias puedan dañar aún más la frágil red eléctrica de la isla, lo que prolongaría los apagones.
Un desafío para el futuro
Este apagón masivo ha sido el peor desde que el huracán Ian golpeó la isla en 2022, y evidencia las graves deficiencias en el sistema eléctrico cubano. La demanda de energía ha aumentado, pero la capacidad de producción y distribución ha disminuido significativamente. Las autoridades han indicado que están trabajando para estabilizar la situación, pero aún no se sabe cuándo se podrá restablecer el suministro eléctrico de manera completa.
Mientras tanto, la población cubana continúa enfrentando días de incertidumbre, con problemas de acceso a alimentos, agua y servicios básicos, en medio de un panorama que, según muchos expertos, seguirá siendo complejo en los próximos meses debido a la precariedad de la infraestructura y la escasez de recursos.
