Bogotá impone multas de hasta $1.2 millones por desperdicio de agua ante nueva crisis hídrica

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Foto: Alcaldía de Bogota- Acueducto

Bogotá implementa nuevo esquema de racionamiento de agua con sanciones millonarias por mal uso del recurso

Ante la alarmante crisis de agua que afecta a Bogotá, el alcalde Carlos Fernando Galán anunció el regreso del esquema de racionamiento a partir de este domingo, que incluye multas de hasta $1.213.000 por desperdicio de agua, en un esfuerzo por fomentar un uso más responsable del recurso.

La capital colombiana enfrenta una severa crisis de abastecimiento de agua, lo que ha llevado a las autoridades a implementar un nuevo esquema de racionamiento diario por zonas. A partir del 29 de septiembre y hasta el 7 de octubre, los cortes de agua se realizarán cada diez días, con interrupciones de 24 horas que comenzarán a las 8:00 de la mañana. Este drástico cambio busca mitigar el impacto de la escasez hídrica y garantizar que el suministro se distribuya de manera equitativa entre la población.

Las multas, que van desde $694.000 por primera infracción hasta $1.213.000 por reincidencias, son parte de un decreto expedido por el alcalde. Según el artículo 100 de la Ley 1801 de 2016, las sanciones buscan desincentivar prácticas irresponsables, como el uso no autorizado de agua para lavar vehículos, fachadas o regar jardines, actividades que solo podrán realizarse con agua de lluvia recolectada o reciclada.

El regreso del racionamiento responde a un aumento en la demanda de agua y a la disminución de los niveles de los cuerpos hídricos que abastecen a la ciudad. La situación ha sido agravada por el fenómeno de El Niño, que ha afectado las lluvias en la región. El alcalde Galán destacó que estas medidas son necesarias para preservar el recurso y asegurar su disponibilidad para los sectores más vulnerables.

Además de las multas, el decreto prohíbe acciones que puedan dañar los ecosistemas acuáticos, como la captación ilegal de agua de fuentes hídricas. Las autoridades realizarán operativos de vigilancia para garantizar el cumplimiento de las normas, y cualquier persona que sea sorprendida en infracción podría enfrentar no solo sanciones económicas, sino también acciones penales en casos de gravedad.

Los habitantes de Bogotá han mostrado reacciones mixtas ante estas medidas. Algunos apoyan el racionamiento como una forma de cuidar el medio ambiente y asegurar el futuro hídrico de la ciudad, mientras que otros temen las implicaciones que estas restricciones tendrán en su vida cotidiana.

La crisis del agua en Bogotá es un desafío urgente que requiere medidas inmediatas y efectivas. La reimplementación del esquema de racionamiento, junto con las sanciones económicas, busca incentivar un cambio en la cultura del consumo del agua. Aunque las medidas son drásticas, son esenciales para garantizar la sostenibilidad del recurso en el largo plazo. La colaboración de los ciudadanos será crucial para enfrentar esta problemática, y el cumplimiento de las nuevas normativas podría marcar la diferencia en la conservación de uno de los bienes más preciados para la vida en la capital colombiana. Bogotá impone multas de hasta $1.2 millones por desperdicio de agua ante nueva crisis hídrica