En un giro sorprendente sucedió en el sector energético colombiano, Juan José Echavarría y Luis Alberto Zuleta dimitieron de la Junta Directiva de Ecopetrol. Su renuncia estalla en medio de una feroz controversia sobre el Proyecto Oslo, una inversión de 3.700 millones de dólares que ha desatado una tormenta política y económica. Esta crisis no solo agita los cimientos de la mayor empresa petrolera del país, sino que pone en jaque su futuro financiero y estratégico.
Las dimisiones de Echavarría y Zuleta se producen en un clima de tensión en el seno de Ecopetrol, la principal empresa petrolera de Colombia. Los ahora exmiembros de la Junta Directiva están en el centro del debate sobre el Proyecto Oslo, que busca desarrollar nuevos campos de petróleo. En el pasado mes de Mayo del 2024, La Junta Directiva aprobó por mayoría (siete votos a favor y dos en contra) la adquisición del 30% del proyecto. Posteriormente, el 17 de julio se informó al mercado que se estaban adelantando negociaciones con Occidental Petroleum (Oxy) para avanzar en su desarrollo.
Sin embargo, la controversia sobre el Proyecto Oslo no se limita a su ejecución. Uno de los principales argumentos que llevó al Gobierno a considerar el proyecto inviable fue su alto costo, estimado en alrededor de 3.700 millones de dólares. Este monto representaría un alto nivel de endeudamiento, lo que ha generado preocupaciones sobre las implicaciones financieras para Ecopetrol y para el país.
En sus declaraciones de renuncia, Echavarría y Zuleta expresaron que “creemos que el proyecto era fundamental para proteger el futuro de Ecopetrol y el de más de sus 250 mil accionistas, por las razones expuestas en este documento, y su no aprobación motiva nuestra renuncia a la Junta Directiva de Ecopetrol S.A. Sin los recursos futuros que aportaría el proyecto, las finanzas de Ecopetrol se deteriorarán y se reducirán las transferencias de la empresa al Gobierno Nacional.” Esta afirmación refleja la preocupación de los exmiembros sobre el impacto financiero de la cancelación del proyecto en la estabilidad económica de la empresa y en sus aportaciones al Estado.
El Proyecto Oslo enfrenta una fuerte oposición debido a preocupaciones ambientales y políticas. Las decisiones tomadas por la Junta Directiva han estado bajo un intenso escrutinio, y la reciente renuncia de Echavarría y Zuleta parece reflejar las crecientes presiones tanto internas como externas en torno a este plan de inversión. La administración Petro ha señalado que la postura del gobierno respecto al Proyecto Oslo responde a un compromiso con la sostenibilidad y la protección ambiental, aspectos que considera fundamentales para el futuro de Colombia.
La renuncia de los dos destacados miembros ha generado una serie de reacciones en el ámbito empresarial y político. “La salida de Echavarría y Zuleta marca un punto de inflexión en la dirección estratégica de Ecopetrol,” comentó un analista del sector energético. “Sus renuncias reflejan las profundas divisiones internas y los desafíos que enfrenta la empresa en su adaptación a las nuevas políticas y regulaciones.”
Además, la motivación detrás de estas dimisiones deja serias dudas sobre el manejo que Ricardo Roa y el presidente Gustavo Petro están dando a la compañía, y sobre el rompimiento de su gobierno corporativo.
La renuncia subraya las tensiones que rodean el Proyecto Oslo y resalta los desafíos que enfrenta la empresa en su camino hacia una transición energética más sostenible. A medida que Ecopetrol navega por estos tiempos inciertos, el sector energético colombiano estará observando de cerca los próximos movimientos y decisiones que marcarán el futuro de la compañía.
Nación Colombia
Kiara Padilla
