Este lunes se espera que se publique el dato oficial de inflación de junio, y según los analistas del sector financiero y los reportes previos del DANE, el país podría estar enfrentando una nueva desaceleración en el Índice de Precios al Consumidor. Sin embargo, el comportamiento sigue siendo desigual entre los diferentes productos de la canasta familiar.
Los informes del Índice de Precios al Productor (IPP) indican una variación mensual de –0,28 %, lo que sugiere que los costos de producción siguen disminuyendo. La variación anual del IPP se situó en 2,09 %, una cifra mucho más baja que los niveles de 2024, aunque aún refleja presiones en sectores clave como el agroindustrial.
En cuanto al consumidor final, datos de seguimiento como el Monitor de Precios de Bancolombia muestran una reducción en los precios de alimentos frescos —como papa, zanahoria y frutas— gracias a mejores condiciones climáticas y un aumento en la oferta agrícola. Este descenso se ha notado especialmente en ciudades como Bogotá, Medellín y el Eje Cafetero.
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Sin embargo, no todos están sintiendo este alivio. Alimentos procesados como el café, la leche larga vida, aceites y arroz han experimentado aumentos significativos, lo que contrarresta el impacto positivo de los productos frescos. Por ejemplo, el precio del café en grano ha subido.
Los expertos coinciden en que, aunque la inflación sigue disminuyendo, el gasto total de los hogares no se reduce al mismo ritmo, ya que los productos de alto consumo y los servicios regulados continúan encareciéndose.
Se espera que el IPC mensual de junio esté alrededor del 0,32% o menos, lo que contribuiría a la disminución de la inflación anual, que en mayo cerró en 5,05%. Sin embargo, mientras los servicios como arriendo, educación y alimentos envasados mantengan su tendencia al alza, la desinflación será parcial y poco equitativa.
