miércoles, marzo 5, 2025
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Alarmante cierre de unidades pediátricas en Colombia

cierre de unidades pediátricas en Colombia

La salud de los niños en Colombia está en riesgo ante el constante cierre de camas pediátricas, unidades neonatales y de obstetricia en diversas ciudades del país. A pesar de la ya limitada oferta de estos servicios, las pocas unidades que quedan siguen desapareciendo sin que haya una respuesta efectiva de las autoridades de salud.

El caso más reciente se registró en Cali, con el cierre definitivo de la unidad de obstetricia y atención neonatal de la Clínica Farallones, un referente clave para la atención de mujeres embarazadas y recién nacidos. Sin embargo, este no es un hecho aislado. En lo que va del año, se han cerrado servicios similares en la Clínica Andes (Boyacá), el Hospital San Ignacio y la Clínica Colombia (Bogotá), la Clínica Farallones (Cali), la Clínica Las Américas de la 80, la Clínica El Rosario y San Vicente Fundación (Medellín), entre otros.

Cifras alarmantes en el cierre de camas pediátricas

Las cifras reflejan la gravedad del problema: en los últimos dos años se han cerrado 825 camas de hospitalización pediátrica y 322 camas de neonatología en todo el territorio nacional. Según expertos en salud, esta reducción obedece en gran parte a la crisis financiera que atraviesa el sector, con EPS en déficit y hospitales sin liquidez.

Pero hay una razón aún más preocupante: los servicios de pediatría y neonatología no son rentables para las clínicas y hospitales. Al buscar reducir costos, las instituciones de salud priorizan otras áreas dejando a los niños sin atención especializada, lo que también impacta a los profesionales de la salud de estas especialidades, quienes pierden sus empleos.

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El riesgo para los niños: urgencias colapsadas y demoras en la atención

Los cierres de unidades pediátricas tienen graves consecuencias para las familias colombianas. Los servicios de urgencias se saturan, los tiempos de espera aumentan y las remisiones tardías ponen en riesgo la vida de los niños. En casos extremos, la falta de atención oportuna puede derivar en complicaciones fatales.

El impacto es aún mayor en municipios pequeños y ciudades intermedias, donde las opciones de atención son limitadas. Las familias deben realizar largos desplazamientos en busca de atención médica, lo que aumenta el riesgo de morbimortalidad infantil.

Se avecinan más cierres: una crisis en aumento

El panorama no es alentador. Cinco instituciones en el Valle del Cauca, tres en Antioquia y tres en Bogotá podrían cerrar próximamente sus servicios pediátricos y neonatales, según estimaciones de expertos en salud.

Con la llegada de la temporada de lluvias en marzo, los picos de enfermedades respiratorias aumentarán, pero los hospitales tendrán una respuesta común para los padres que busquen atención para sus hijos: “NO HAY SERVICIO PARA NIÑOS, SOLO PARA ADULTOS”.

Esta crisis en la salud infantil urge de una intervención inmediata por parte del Gobierno y las entidades de salud, pues la vida de miles de niños está en juego.

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