martes, marzo 11, 2025
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20 años después, entregan restos de tres mujeres que huyeron de las Farc y el Ejército reportó como bajas en combate

En Colombia, los casos de falsos positivos siguen siendo una de las cicatrices más dolorosas del conflicto armado. Cientos de familias aún esperan respuestas sobre el destino de sus seres queridos, muchos de los cuales fueron desaparecidos, reclutados o asesinados en medio de la guerra. Entre estas familias están las de tres mujeres que fueron reclutadas por las antiguas Farc hace 20 años y cuyo rastro se perdió desde entonces.

Claribel Rodríguez Sierra, Claudia Patricia Peña y la indígena Wiwa Elibeth Vega Izquierdo fueron las tres jóvenes cuyas vidas fueron truncadas por la violencia. Dos de ellas eran menores de edad cuando fueron reclutadas por la guerrilla.

Tras años de incertidumbre, la JEP y la Unidad de Búsqueda de Personas Dadas por Desaparecidas (UBPD) encontraron sus restos en el Cementerio Central de San Juan del Cesar, en La Guajira. Estos cuerpos, enterrados como Cuerpos No Identificados (CNI), fueron finalmente entregados a sus familias en actos dignos en La Guajira y Norte de Santander.

Las tres mujeres intentaron escapar del conflicto. Tras desertar de las Farc, fueron retenidas por miembros de las Autodefensas Unidas de Colombia (AUC) y entregadas al Grupo de Caballería Mecanizado Nº 2 Juan José Rondón (GMRON).

Este grupo militar las presentó falsamente como bajas en combate, un acto que se repitió en diversas regiones del país, según informes de la JEP. Estas ejecuciones, seguidas de reportes falsos, constituyen una grave violación del Derecho Internacional Humanitario.

(Lea también: MinDefensa citó a generales de las Fuerzas Militares y Policía)

Claribel, Claudia y Elibeth fueron reclutadas por la guerrilla cuando aún eran niñas. Claribel tenía solo 14 años cuando desapareció en 2000. Ese día salió de su casa en Villanueva, La Guajira, para ir al colegio, pero nunca regresó.

Claudia Patricia Peña, con 13 años, vivía en San Juan del Cesar y también fue capturada por las Farc en circunstancias similares. Por su parte, Elibeth Vega, originaria de la comunidad indígena Wiwa, tenía apenas 11 años cuando fue reclutada. Años más tarde, a los 16, 17 y 20 años, las tres decidieron huir del grupo armado, pero su intento de escapar de la guerra terminó trágicamente con su muerte y posterior falsificación de su muerte como bajas en combate.

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